Con el cuchillo en la boca
lunes 29 de octubre de 2012, 08:09h
"Con el cuchillo en la boca y una sonrisa". Lo ha dicho el Rey en la
India. O somos agresivos y trabajamos en todas las direcciones posibles o no
hay salida a la crisis. Es cierto que son muchos los problemas y los frentes
abiertos, pero crecen las voces que señalan que hay que pasar de los recortes a
las medidas para incentivar el crecimiento. En los últimos, pésimos, datos del
desempleo hay uno positivos: la creación de empleo por los autónomos. A este
sector debería darle el Gobierno algún signo, alguna medida, de que cree en su
potencial. Lo tienen. De la misma manera, debe obligar a las autonomías a las
que está financiando con fondos públicos extraordinarios a que paguen sus
facturas en tiempo y forma. El retraso de las Administraciones públicas en el
pago de lo que deben ha hundido y promete hacerlo más a muchos pequeños y
medianos empresarios. El apoyo a los emprendedores., que no se ve por ninguna
parte, es una clave. La reducción de las cotizaciones sociales, el fomento de
redes de microempresas y los incentivos a la creación de puestos de trabajo es
ineludible. Tal vez no se puedan reducir las ayudas a los parados, pero hay destinar
fondos a crear empleo.
Es urgente la reforma en profundidad de la Administración y el Gobierno
se ha dado un plazo demasiado largo. Mientras llega la eliminación de
organismos innecesarios y duplicados, la reducción ostensible del número de
ayuntamientos, la reducción a la mitad del número de concejales y diputados
autonómicos, el cierre o la venta de televisiones locales y autonómicas, etc.,
etc., este Gobierno debería abordar una reducción importante del número de
asesores y disminuir el número de funcionarios públicos hasta cifras soportables.
¡Cinco comunidades autónomas tienen más funcionarios que hace un año! Menos
Administración y más empresas es la receta del cambio.
También podría abordar una reforma rigurosa de la financiación de
partidos y sindicatos, ejemplarizante
para los ciudadanos. Y una reducción del precio de los carburantes, donde no
existe la competencia y donde los precios, impuestos incluidos, son claramente
abusivos. En este terreno como en el del transporte, hay mucho camino por
recorrer.
Y luego está la política de los gestos. El Gobierno está abordando la
reforma del sistema financiero, pero debería acelerarla para acabar con
noticias diarias de insolvencia, ineficacia e inseguridad. La lucha contra el
fraude fiscal, aunque ha mejorado, sigue siendo insuficiente. El dinero de los
defraudadores debería pagar, cuando menos, los intereses de la deuda y evitar
la sangría de los ciudadanos. El Gobierno debería tomar medidas efectivas para
frenar los desahucios mediante acuerdos "forzosos" porque cientos de miles de
españoles se están quedando en la calle porque el sistema está plagado de
abusos incalificables. Y no puede congelar las pensiones, porque son los
jubilados los que están frenando la pobreza progresiva de España. Y ya no se
les puede apretar más. "Con una sonrisa", sí, pero también "con el cuchillo en
la boca". Palabra de Rey.