Lecciones (previas) de unas elecciones

Ya saben ustedes eso de que Cristóbal Colón fue el primer "economista". Cuándo dejó el Puerto de Palos para descubrir América, ignoraba a dónde iba y cuando llegó, ignoraba dónde estaba. Y, además, lo hizo todo con dinero ajeno. Casi lo mismo se puede decir de quien se arriesga a explicar qué va a pasar después de unas elecciones tremendamente reñidas y que, además, lo hace cuando aún se ignoran todos los datos. Gane quien gane, se va a enfrentar a una situación tremendamente difícil y, seguramente va a tener que comerse su programa. Los americanos tienen una ventaja: el candidato que pierde, cierra la puerta y se va. Su sombra no está todos los días en medio de la batalla.

Pero hay una enorme crisis de confianza y la gran reputación que tenía Obama, seguramente por encima de lo que se merecía entonces, seguramente alimentada también por la inseguridad de todos, se ha reducido a casi nada. Tal vez también a Estados Unidos le falta una referencia, un "enemigo", una rivalidad que haga más fuerte su reacción. Mientras China anda comprando medio mundo, incluida buena parte de Estados Unidos., Estados Unidos puede tener la tentación de encerrarse en sí mismo para arreglar sus problemas. Sería dramático para todos.

En general hay una clara incapacidad para predecir lo que va a pasar mañana y planificar siquiera a medio plazo. Vivimos instalados en la incertidumbre. No sólo ustedes y yo, también Rajoy y Angela Merkel y el presidente de los Estados Unidos, sea el que sea. No es un problema de nombres o de programas; lo es de ideas, de proyectos, de estrategias para recuperar la confianza y el crecimiento. Y de capacidad para mover los hilos que agitan la economía y la especulación.

Trabajamos sobre lo urgente y no sobre lo importante. Lo decía hace mucho Mafalda, pero nuestros gobernantes lo practican a diario. Apagan fuegos, pero no atacan el problema fundamental: qué queremos ser cuando seamos mayores, cómo vamos a crecer y a crear empleo. Están con la atención dispersa, permanentemente distraídos con algo: la independencia, los mercados, el rescate... El presidente de Estados Unidos tiene una bomba fiscal encima de la mesa y si no la desactiva, a los americanos, sin duda, pero también a todos nosotros nos va a ir peor.  

Con una de las dos Cámaras enfrente del ganador, con esa fuerte división del pueblo norteamericano, estas elecciones vana  demostrar que por muy grande que sea la responsabilidad social o pública de los candidatos y de los partidos que los sustentan, a Estados Unidos sólo la puede sacar de la crisis el esfuerzo individual de sus ciudadanos. Eso es lo más admirable de ese pueblo que hace unos años gobernaba el mundo. Otro tanto se puede decir de Europa, aunque ésta vive del pasado. Sólo la responsabilidad social individual, sólo el pacto entre todos puede sacarnos de la crisis. Pero no hay objetivos comunes, diálogo, ni voluntad de practicarlo, sólo infinitos monólogos que no parecen conducirnos a ningún lado.
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