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Hala, Rajoy, a por el segundo año...

Hala, Rajoy, a por el segundo año...

miércoles 21 de noviembre de 2012, 11:07h
Superados ya los análisis y valoraciones -algunas bien extremistas, por cierto, en uno y otro sentido- sobre el 'primer año', que en realidad son poco más de diez meses, de Rajoy en el poder, ahora toca pensar en lo mucho que falta por hacer. Y el presidente del Gobierno tendrá que hacerlo en este segundo año, que marca el ecuador de la Legislatura. Lo que no haga ahora, ya no podrá hacerlo después, embarcado, como estará, en una larga precampaña electoral. Así que, considerando que, desde el próximo lunes, estaremos una larga temporada sin elecciones...

Ahora, creo que la primera tarea que deberá afrontar Mariano Rajoy será la de hacer que los españoles recuperen la confianza; primero, en las instituciones, y después, en la palabra del Gobierno. Han sido muchas las promesas incumplidas y los desmentidos que, a su vez, han sido desmentidos por la realidad, muchos diegos donde se dijo digo. Y, claro, todo ello ha contribuido notablemente a que los ciudadanos, incluso entendiendo que las circunstancias mandan muchas veces por encima de la voluntad del propiogobernante, se hayan sumido en una especie de desconcierto que mina la seguridad jurídica y hasta la fe en el país.

No caeré, desde luego, en la simpleza de culpar de todo exclusivamente al Ejecutivo, especialmente en un país en el que, como es el caso de España, el poder está tan compartimentado, (mal) repartido, fragmentado y dependiente de causas y fuerzas externas.

Y, si es verdad que las afirmaciones, desmentidos, medias verdades y tropiezos en las previsiones del Gobierno contribuyen no poco a la desconfianza del hombre de la calle, no es menos cierto que, a veces, parece que vivimos en el dislate continuo en muchos otros ámbitos. Explíqueme, si no, cómo es posible que nada menos que el presidente de una Comunidad Autónoma, como el señor Artur Mas, lleve su galopada hacia el abismo hasta el punto de culpar a la policía de 'delito electoral' por presuntamente haber 'fabricado' pruebas para perjudicarle, acusándole de corrupción, en su marcha hacia las urnas. No es el primer president de la Generalidad que se sube a lomos del tigre: ya el molt honorable José Montilla encabezó una manifestación contra el Tribunal Constitucional, ahí queda eso. Dígame usted cómo le vamos a pedir al ciudadano de a pie que confíe en las instituciones o en su clase política cuando se lanzan estos misiles sin el apoyo de unas pruebas fehacientes.

Que, desde el otro extremo de la cuerda, al juez que instruye -es un decir- el que podríamos llamar 'caso Mas' se le acuse casi de complicidad con la Generalitat catalana por su aparente falta de brío indagatorio tampoco es que contribuya mucho a cimentar esa fe en las instituciones que los españoles parecen haber perdido no sé si del todo, pero sí, desde luego, en un alto porcentaje. No hay más que analizar las tripas de cualquier encuesta seria para darse cuenta de ello. ¿Más ejemplos que abonen el mosqueo ciudadano? Pues ¿qué le parece, sin ir más lejos, el 'caso Urdangarín' y sus ramificaciones? ¿Y el peloteo de acusaciones tras la tragedia del 'Madrid Arena'? Sin comentarios...

Una vez superado el 'trago' de las elecciones catalanas, con el Parlamento vasco constituido creo que bajo el signo de la sensatez de Urkullu, con la remota esperanza que apuntan algunos sectores que creen ver leves indicios de recuperación económica -nunca las cosas serán como fueron, en todo caso- aunque sea a no tan corto plazo, con un líder de la oposición que me parece que está deseando que le tiendan una mano, Rajoy tendrá mucho campo para actuar. El año 2013 debe ser el de la negociación a fondo, el de los grandes pactos, el de las grandes reformas, desde la de la Administración -pero de verdad- hasta la de las estructuras laborales -pero en serio-, sin olvidar los aspectos territoriales ya deficientemente regulados en la Constitución.

Entre lo mejor del Rajoy gobernante ha estado la reforma de algunas cosas obsoletas; entre lo peor, que no ha reformado algunas (otras) cosas obsoletas. Es necesario que ahora se lance al Cambio, que no es meramente la suma de unos cuantos cambios.


>> Lea el blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>
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