El capital se recupera ¡mayor razón para un pacto de Estado!
viernes 11 de enero de 2013, 17:53h
Me consta que en la oposición
socialista se habla de esto en los pasillos, aunque guarden completo silencio a
nivel público: existen signos crecientes de que una de las palancas
fundamentales de la economía privada (el capital) está recuperando su confianza
en el inmediato futuro. Los indicadores de esta semana que termina son
categóricos: aumento de la inversión interna y externa, subida sostenida de la
Bolsa, caída en picado de la prima de riesgo, etc. Desde luego, eso no
significa que el año 2013 vaya a ser menos negro de lo previsto, sobre todo
para la gente que vive de su salario, pero no hace falta ser premio Nobel de
economía para saber que la recuperación económica no sería posible sin una
recuperación del capital. Algo que, aunque algunos les cueste admitirlo, pasa
por una motivación muy sencilla en la economía privada: recuperación de la tasa
de beneficio, es decir, perspectivas de que vuelve a ser rentable hacer negocios
en España.
Sobre esto ya he insistido
sobradamente: las famosas "reformas estructurales" del gobierno de Rajoy buscan
directamente esa recuperación del beneficio, pero lo que la oposición oculta
(innecesariamente) es que esa recuperación es necesaria para la propia
recuperación económica. Ello no significa rechazar las medidas de crecimiento,
pero pone las cosas en orden en el corto plazo. Otra cosa es el desarrollo
económico a largo plazo, algo que es imposible mantener con una relación
regresiva entre capital y trabajo. Esto es lo que hemos aprendido del siglo XX
y sobre este escenario es que fue posible edificar el Estado de Bienestar. En
otras palabras, las políticas estabilizadoras que son necesarias a corto plazo
no deben mantenerse a largo plazo porque son contraproducentes.
Me parece que hasta aquí todo son
evidencias. No obstante, algunos economistas y desde luego los sindicatos
aluden a que la recuperación no será posible si se cae el consumo como producto
de las peores condiciones del factor trabajo. No obstante, lo que estamos
observando en España muestra que esa relación no es automática. En primer
lugar, porque el consumo no es un cuerpo dynamico. Las esferas altas de consumo
apenas han disminuido en estos años de crisis. También ha sorprendido que el
año pasado -y sobre todo en las pasadas fiestas- el consumo de la clase media
no haya disminuido sensiblemente. Desde luego, sí ha caído el consumo del
cuarto de población con rentas más bajas. En suma, el consumo no se ha
desplomado como algunos vaticinaban. Claro, la explicación no es tan positiva:
lo que sí ha disminuido es el ahorro familiar. Algo que en la economía moderna
es fuente importante de sustento de la reproducción del capital interno. Pero
insisto, eso es fundamental en el largo plazo. En el corto plazo lo crucial es
que se recupere la rentabilidad de hacer negocios en España. Y sobre eso parece
que hay señales positivas.
En realidad, lo que me preocupa es la
lectura que pueda hacerse de estos datos desde el plano político. Para unos, el
Gobierno y su partido, puede interpretarse como una prueba irrefutable de la
corrección de sus políticas. Craso error. Seguirían olvidándose de la dinámica
sociopolítica del país. La sociedad no es una suma de autómatas que puede
ordenarse desde una sala de mandos. Y Rajoy tiene una credibilidad social bajo
mínimos. En pocas palabras, puede haber recuperación del capital, incluso
inicio de recuperación económica, y el país acabar siendo ingobernable este
2013. Tampoco me parece sana la doble estrategia socialista de mantener guerra
total con el Gobierno, sabiendo que está haciendo el trabajo sucio pero
completamente necesario. Claro, eso es una apuesta razonable desde el punto de
vista electoral: desgaste del Gobierno aunque el país se haga ingobernable.
¿Pero no es precisamente eso lo que tanto se ha criticado al PP de su actitud
como oposición?
En suma, ambas actitudes me parecer
tóxicas respecto de nuestra cultura política, porque significa mantener el
clima de crispación, pelea de perros, descalificación permanente, que luego
impide adquirir suficiente sentido de Estado.
Mi juicio es que los datos positivos
respecto a la recuperación del capital pueden tener una perspectiva más amplia
si se entienden como una excelente oportunidad para un acuerdo de Estado para
el crecimiento y el empleo. De esta forma, la oposición entenderá que esa
recuperación del beneficio es necesaria, pero el Gobierno aceptará que no puede
hacerse de forma salvaje, sino que es necesario evitar sus daños más
lacerantes. Maldita sea, ¿no es eso lo que ha puesto forzosamente de manifiesto
la cuestión de los desahucios? ¿Por qué no se proyecta esa lógica para el
conjunto de la política? La recuperación del capital es una buena noticia de
cara a superar la crisis, pero sería mucho mejor en el contexto de un pacto de
Estado, de una política con P mayúscula. ¿Les resulta familiar? Pero claro,
esto es como un círculo vicioso: para que Gobierno y oposición asumieran en
serio esta lógica deberían poseer otra cultura política. Por eso encuentro tan
crucial romper por algún lado este modo tóxico de entender las cosas.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
16923 | ElSer - 12/01/2013 @ 15:51:20 (GMT+1)
La clase media consume igual. Pues claro. Los dos Estados de Disraeli, Gomariz. Un tercio de la población, en la miseria pero no del todo. De los otros dos, uno se mantiene un poco y el tercero se mantiene o sube. ¿ Quiere recuperación ? Proporcione confianza. O sea, no junte la posibilidad de rebajar sueldos y saltarse convenios (lo que podría plantearse adecuadamente como una reforma vigente de forma permanente) con la facilidad para destruir empleo. O compense la no-inversion o ayudas con la desgravación de impuestos. ¿ Acuerdos ? Por supuesto: para poner piedras en el camino de los 'saldistas' extranjeros en Bolsa, por ejemplo... pero lo dudo; todos los Partidos van de 'ideología pura' ahora mismo. O confunden el consenso (yo cedo, tu cedes el cede) con el acatamiento (o sea, el verbo ceder sin la primera persona). Salud.
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