En algunas ocasiones Toledo aparece como protagonista fundamental dentro de una obra de historia general de España, como es en el caso del incunable de Sánchez de Arévalo, fechado en 1470. Es a partir de 1554 cuando Toledo es protagonista indiscutible con la primera Historia de la ciudad escrita por Pedro de Alcocer, al que seguirán en la tarea Francisco de Pisa y el Conde de Mora, ambos en el siglo XVII.
En la siguiente centuria aparece Antonio Ponz, pionero en el estudio del patrimonio monumental y Francisco Pérez Bayer, con su obra sobre la Sinagoga del Tránsito reflejada en un maravilloso manuscrito del famoso calígrafo Francisco de Santiago y Palomares. De este mismo siglo es la Panorámica de Toledo de Arroyo Palomeque, recientemente restaurada y que se puede ver también en la exposición.
En el siglo XIX aparecen los dos grandes cronistas de la ciudad: Antonio Martín Gamero y Sixto Ramón Parro, y comienza el estudio del patrimonio histórico-artístico, objeto de obras minuciosas y científicas como es la de Amador de los Ríos. Y también es el punto de partida para la edición de guías y textos que ayuden al incipiente turismo, algunas de ellas firmadas por prestigiosos autores.
El río Tajo y el problema del abastecimiento de agua a Toledo también ha sido una constante en los autores a lo largo de los siglos. La navegabilidad del río es el tema de un hermoso libro editado en 1829 y "El agua en Toledo" es el título de una obra del célebre médico e historiador toledano Juan de Moraleda y Esteban.
La exposición finaliza con un libro del famoso fotógrafo también toledano, Casiano Alguacil, que contiene impresionantes vistas de los principales monumentos y calles de la ciudad, que pueden verse en una proyección en la sala.