Cospedal y los cazafantasmas

La señora Cospedal debería contratar un buen equipo de cazafantasmas en lugar de una compañía auditoria de balances cerrados. Sería más eficaz localizar el espíritu de Bárcenas en la calle Génova y preguntarle qué papeles conserva y qué documentos piensa filtrar a la prensa. En algún lugar del edificio permanece escondido el ánima del tesorero cesado, oculta entre los archivadores de facturas y albaranes, alimentándose de un profundo rencor que le mantiene operativo. Los dirigentes del PP sienten su presencia turbadora, pero disimulan con oficio y no se dan por enterados. Algunas noches, cuando apagan el ordenador y se acicalan para volver a casa, escuchan el susurro de una voz familiar y se preguntan inquietos con quién estará hablando Bárcenas.

Han pasado muy pocos años desde que cesaran al avispado contable, pero nadie se acuerda de él, es como si no hubiera existido nunca, como si fuera un invento de la judicatura indiscreta, un testigo protegido que aparece inopinadamente, rescatado de un pasado remoto. 

Algo recuerdan cuando se les pregunta por él, simulan incluso un esfuerzo memorístico, pero no son capaces de ponerle cara y ojos al desaparecido. Ahora solo es un ciudadano particular. Hablan de él como los gallegos de sus familiares emigrados a las Américas, aquellos que se fueron de buena mañana y volvieron ricos y poderosos. Nadie se explica cómo consiguieron enriquecerse, qué negocios montaron, cuánto dinero ganaron, dónde vivieron y qué nostalgia les obligó a volver. Bárcenas se ha convertido en el indiano de la familia popular.

Hay leyendas que no se mantienen en pie y la de Bárcenas es una de ellas. Este señor ha trabajado treinta años en el partido, desempeñándose en puestos muy importantes, pero tal trayectoria profesional no justifica el fortunón amasado y la apertura de cuentas millonarias en refugios fiscales. Como decía el cuplé "de dónde saca para tanto como destaca". Tantísimo capital no puede salir de un sueldo, añadiría mi abuela. Desgraciadamente, nos sabemos de memoria otras biografías incalificables y de dónde sacaban la pasta gansa sus protagonistas. Lo primero que se hace es colocarse en el sitio adecuado y convertirse en un listillo desalmado. Después se acumulan los chantajes, los sobornos, la mano extendida en cada operación cerrada y la opacidad envolviéndolo todo. Todos contentos, el que paga y obtiene el negocio, y muchísimo más feliz el que recibe con solo conceder y firmar. Así está montado este tinglado y así sobrevive para vergüenza del sistema democrático.

En el juicio que se sigue contra el ex alcalde de Marbella, su ex y la tonadillera que acompañaba a este trincón profesional, la fiscalía del caso afirma  que la cantaora Pantoja comenzó a embolsarse sumas considerables de euros a raíz de sus relaciones con el politicastro, ingresos que nada tenían que ver con la copla. Así de fácil, señores del Partido Popular, encuentren ustedes al fantasma, es el camino más corto y directo para aclarar el entuerto y conseguir la paz y el sosiego deseado. Consulten ustedes en Google, seguro que encuentran la página web de los cazafantasmas.