Tras presentar sus buenos ("excelentes") resultados del tercer trimestre, Sáenz, acompañado de las preguntas de los periodistas, realizó un amplio análisis del panorama económico que, mirado con lupa, aporta muchas conclusiones sobre el estado actual del mercado financiero.
Por ejemplo, de las famosas 'turbulencias' del sector hipotecario estadounidense, Sáenz dejó claros dos puntos. El primero, que el Santander no se ha visto afectado directamente ni lo más mínimo. Lo segundo, que todas las entidades mundiales se van a ver afectadas en el futuro de forma indirecta. "De forma indirecta la vamos a sufrir todos", aseguró. Esta declaración escuchada de un dirigente como el Consejero Delegado del primer banco español es más una confesión que una opinión.
También habló del tema del día: los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que el Congreso aprobó este miércoles, en los que el Ejecutivo obtuvo más respaldo del esperado, aunque en parte de forma involuntaria y, a pesar de eso, con un escaso margen.
Para el Gobierno tuvo una de cal y otra de arena. La buena fue echar un guante al 'amigo del jefe' Botín, el presidente José Luís Rodríguez Zapatero. El responsable del Santander ha sido la primera entidad en 'casi' dar el visto bueno a la previsión de crecimiento de los PGE. Sáenz ha asegurado que se moverá en la horquilla del 2,8% y el 3,3%, e, incluso, se atrevió a decir que podría llegar al 3,4%. Sin duda un apoyo a Solbes para que no se sienta tan solo en sus previsiones.
La de arena fue la respuesta del empresario a la petición de Zapatero de que no dejen de lado a las inmobiliarias y constructoras a la hora de otorgarles créditos. Aunque una lectura general pareciera que Sáenz se alineaba con el presidente ("nosotros estamos encantados de ofrecer el mayor número de créditos posibles"), en la letra pequeña está la clave. Sáenz aseveró que se darán estos préstamos si se cumplen los mínimos de seguridad y si la entidad va a ganar dinero con ellos. Vamos, que no van a ser las hermanitas de la caridad que reclamaba el presidente.
Otro aspecto sobre el que se habló en la rueda de prensa fue sobre el crecimiento de la morosidad en España; y aquí la perspectiva del banquero es totalmente acertada.
En el último año la morosidad en los créditos ha crecido en España, en parte por el incremento del nivel de endeudamiento. Sin embargo, este nivel está aún muy lejos de ser preocupante para los bancos y las entidades financieras, toda vez que sigue siendo muy, muy bajo comparado con entidades de otros países.
Así que la morosidad, como afirmó Sáenz, todavía no se encuentra entre las preocupaciones de los empresarios del crédito.
Por último, aunque fue el tema sobre el que más se habló, la entidad explicó los plazos que quedan para hacerse definitivamente con ABN Amro. En resumen: a final de mes se sabrá la aceptación total, luego tendrán 60 días para pactar entre los tres miembros del consorcio el reparto de la entidad holandesa, y luego habrá que llevar a cabo todo el proceso. Es decir, que, aunque en el próximo trimestre ya aportará la entidad a las cuentas del banco, todavía falta mucho para que la integración en la nueva entidad sea total.
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