¿A qué se dedican los políticos?

Cuando aquellos que redactan la historia de nuestra nación mediten sobre los hechos que aquejan al país en su integridad, podrán comprobar que sus dirigentes abandonaron las prioridades de la gente y se dedicaron más a la gente importante que a la gente que importa.
 
Cada minuto se suma un parado más en nuestro país. Cada instante la nación se hunde en el silencio y en la tristeza de miles de personas que no encuentran una ocupación. Cada momento es un momento perdido para luchar a favor de los que menos tienen.

Según Intermón Oxfam hay 13 millones de pobres en España, más de una cuarta parte de nuestra población. Los desahucios generan tragedias para quienes los sufren y los españoles no ven futuro, ya no para ellos, sino ni siquiera para sus hijos.

Mientras tanto, los políticos se dedican(camos) a discutir sobre el derecho a decidir de una parte de España, la necesidad o no de una secesión, la corrupción de sus dirigentes y el ombligo de nosotros mismos.

Campeones de perder el tiempo, España necesita dirigentes que busquen en las prioridades de la gente la precedencia de lo que importa. Más pendientes de sí mismos, de debates estériles o de controversias inútiles, no se creen ellos mismos que la responsabilidad de liderar al país es... suya.

Visto el nivel debe convertirse en inminente devolver la democracia a la gente. La libertad no puede depender de aquellos que reciben sobres, de los que miran para otro lado o de los que espetan un "y tú más" con la naturalidad del necio.

Necesitamos, digo, devolverle a la nación su capacidad de ser nación. El talento de los españoles es lo suficientemente grande como para saber que sus prioridades son el empleo y la prosperidad.

La distancia que mide el punto en el que se encuentran las inútiles porfías y el lugar que ocupa la prioridad de la gente, es tan grande, tan inmensa, tan colosal, que hacen que aquellos que se dedican a la política parezcan marcianos recién llegados al país de la miseria y la desesperanza.

El día en el que los historiadores escriban la historia de España, un día como hoy, tendrán que saber que había, ahora, cuando miren atrás, dos Españas: la de los importantes y la de los que importan.