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El Cronón de Rajoy y la señorita Pepis

El Cronón de Rajoy y la señorita Pepis

viernes 08 de febrero de 2013, 17:55h
 Planck, un tipo listo donde los haya, definió el Cronón y la Longitud de Planck como los dos puntos, uno espacial y otro temporal, más pequeños que se pueden medir. A partir de ellos, pues, empiezan la física y mecánica cuánticas.

Muchos decían de Mariano Rajoy que sería mejor presidente que el candidato que fue. Yo solía contestar que eso era una apuesta absurda porque lo normal es que si uno es malo en el camino lo sea también en la meta. "Es que eres un rojales", me decían.

Y siendo cierto, lo de rojales digo, suelo ver las cosas desde el único aspecto que me parece relevante: lo que está bien y lo que está mal. Seguro que hay mil detalles en los que eso no es fácil, pero afortunadamente todavía no he encontrado ninguno. Uno puede ser de derechas, de izquierdas o mediopensionista y la ideología nos lleva a interpretar las cosas de una u otra manera. Sin embargo, sean los míos o los suyos, meter mano en la caja está mal. Y aceptar unas vacaciones pagadas por un empresario cuando uno es ministro o secretario general, también está mal. Y no ver un Jaguar (Ana Mato) nuevecito en el garaje de casa y esperar que nos lo creamos, está mal. Y decir que ya han prescrito los supuestos delitos, está mal.

Definir el Cronón de la jeta y el mangue político es lo más difícil. Por ejemplo, yo tengo un mechero y varias cajas de cerillas en las que pone "Presidencia de Gobierno. Moncloa" y las conseguí por receptación. Vale, son cajitas de cartón negras con el sello en oro y un mechero de plástico bastante cutre. El valor del alijo no superará los dos o tres euros y casi todos podemos entender que más que de un botín se trata de pequeños fetiches. Sin embargo, la verdad es que conocía su procedencia -material robado- y siempre, entonces y ahora, supe que hacía mal aceptándolos.

La mayoría entiende que tratándose de fruslerías la cosa no pasa de travesura y ahí empieza el problema del Cronón: ¿cuál es el alijo mínimo a partir del cual podemos decir que no estamos ante un hecho de maldad?

Si pienso en los que trabajan en lo público, lo tengo claro: cualquier cosa gratis et amore proveniente del sector privado es corrupción, sin más. Sí, ya sé que no es lo mismo que te regalen una caja de botellas de vino en Navidad que un viaje en primera para ti y tu familia a "cualquier parte", pero como se trata de "lo público" ambos son corrupción.

El presidente Rajoy no es un corrupto, yo no lo creo y no creo que haya muchos que lo piensen. Tampoco es un tipo listo o despabilado, es más, es un tonto redomado al que el cargo le viene enorme. Elegirle fue un error, pero entiendo la movilización del elector cabreado con el PSOE y, ante la falta de alternativas, PP era lo único. ¿O alguien piensa que Madame LaFucsia es una opción?

Y Mato, ¿está corrompida? Yo creo que sí -¿me demandará ella o Cospe?- porque mi concepto de "dejarse querer" es equivalente a no ser recto. De otra manera, ya sé que Mato es la Leire Pajín de Rajoy -y no lo digo por la coincidencia de ministerio sino por el alcance neuronal- pero eso no justifica que todos, por pena o por conmiseración, la defiendan: el aparte de Rajoy en la directiva del lunes diciéndole a la muchacha "no te preocupes, ya sabemos de qué va esto", es insultante porque lo que tenía que haber hecho era cesarla en vivo y en directo.

Ahora se levanta una voz en el PP reclamando Regeneración Democrática -lo que parecería que va más allá del PP- y los suyos se le echan encima. Seamos serios: Esperanza Aguirre, nos guste o no, lleve el agua a su molino o no, aproveche el río revuelto o la marea alta, tiene razón. El gobierno Rajoy tiene una genética, se llama incompetencia. La cúpula directiva del PP tiene otro problema, se llama corrupción. Pedir Regeneración Democrática no es oportunismo, es vergüenza torera.
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