miércoles 20 de febrero de 2013, 08:05h
España necesita un proyecto nacional y alguien capaz de
resumírselo a los españoles. Si la nación no se comporta como el lugar que
protege a todas sus familias y ayuda a
los más necesitados, seremos menos país y tendremos mucho menos futuro.
Un proyecto nacional que establezca las prioridades de la
gente y éstas sean la precedencia del Congreso de los Diputados. Que arrastre
al silencio estériles controversias sobre el derecho a decidir o la reforma de la Constitución hacia
callejones sin salida.
Un proyecto nacional que ponga sobre la mesa el empleo y la
estabilidad de la ocupación, la inversión y la prosperidad, la innovación y la
ciencia, la lucha contra el paro y la generación de valor añadido, como primer
paso sobre el que volcar todos nuestros recursos.
Un proyecto nacional que haga que los españoles puedan
dormir por la noche, encabezado por hombres y mujeres de estado, pero, sobre
todo, de país. Hombres y mujeres que sepan reordenar, no sólo las prioridades,
sino que también infundan tranquilidad y sofoquen el insomnio de tantos
españoles.
El insomnio, aquellas preocupaciones que no nos dejan
dormir: la precariedad en el empleo, la educación de nuestros hijos, la salud
de nuestra familia, el descanso de nuestros mayores.
No puede haber proyecto nacional en una nación que se
discute a sí misma y que, ciertamente, hace de cada una de sus partes una
patria tan pequeña como reducido es su futuro.
Ningún retórico empedernido o gobierno del silencio puede
liderar un proyecto nacional que devuelva a los españoles su fe en sí mismos,
en su país, en su porvenir y en su futuro. Sin nación no hay futuro y sin
devolver a los ciudadanos su propia capacidad de prosperar juntos, ni habrá
país, ni tendremos perdón.
Un proyecto nacional que proteja a los desahuciados,
financie a los emprendedores, premie a los innovadores, apueste por los
creadores, se asome al exterior, devuelva una unidad perdida, de mercado y
política.
Miro a mis alumnos y veo futuro, pero, no se engañen, nada
por delante. Generaciones anteriores que les bloquean un paso que haría
levantar este país. Políticos a veces, más dispuestos a la pendencia y a la
porfía, encantados de ser importantes antes que útiles.
@AntonioMiguelC