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¿Cómo es posible que López Aguilar siga tan campante?

¿Cómo es posible que López Aguilar siga tan campante?

viernes 22 de marzo de 2013, 16:15h
Hace diez años, en Irak, Aznar, nos metió en una guerra sucia, injusta y cruel. Sin debate parlamentario. Tenía mayoría absoluta y con el concurso del rey nos dijo que quería sacar a España del rincón de la historia. Pero solo quería la amistad de Bush y convertirse en su perro de lanas. Y ya vemos también lo que ocurrió. Torturas por parte del glorioso ejército español que ahora se saben.

Hace diez años también mataron a José Couso y, su familia, organizó el pasado viernes 15 un concierto de homenaje con la música que a Couso le gustaba. Manolo García, Celtas Cortos, Leiva, Quique González, Marwan y Andrés Suárez.

José Couso era un cámara gallego que a menudo aparecía por nuestro despacho de Cortes 9 para hacernos una pequeña entrevista y enviarla a los medios. Couso en aquella época trabajaba en EFE y, ETB le encargaba trabajos varios. También lo hizo para T-5 y Canal Plus. Era conocido entre los periodistas del Congreso como profesional amable y discreto.

El 8 de abril se encontraba en el hotel Palestina de Bagdad. Se había trasladado a Irak poco antes de la guerra y había quedado como cámara de Jon Sistiaga. En el hotel Palestina estaban concentrados los periodistas extranjeros. En ese momento una compañía de la 3ª División de Infantería del ejército estadounidense se encontraba luchando al otro lado del río Tigris y un tanque M1 Abrams disparó su cañón de 120mm contra el hotel. El proyectil del tanque impactó en el piso 15, en el cual se alojaba el equipo de la agencia Reuters, resultando muerto el periodista ucraniano Taras Prosyuk. José Couso se encontraba filmando en el piso inferior, siendo herido gravemente. Couso fue trasladado al hospital San Rafael de Bagdad donde falleció mientras era operado.

Ni que decir que aquella noticia impactó con mucha fuerza en todas partes. El Pentágono reconoció la autoría del ataque alegando que los soldados que dispararon contra el hotel estaban respondiendo a fuego enemigo. A la muerte del cámara se sucedieron varias manifestaciones de repulsa ante las sedes diplomáticas de los Estados Unidos junto a varias acciones civiles y judiciales encaminadas a resolver la culpabilidad de los implicados. La familia de Couso y su hermano Javier abanderaron aquella causa que era seguida de cerca por la prensa y la opinión pública. Desgraciadamente ministros y fiscales españoles durante el mandato de Aznar y posteriormente, bajo el de Zapatero, nos engañaron a todos diciendo que la causa abierta contra los soldados norteamericanos era su causa. Mientras esto ocurría, el juez Pedraz abrió diligencias previas emitiendo una orden internacional de detención contra tres de los militares estadounidenses imputados. Sin embargo la Sala Segunda de la Audiencia de lo penal archivó las diligencias alegando que aquel había sido un acto de guerra. La familia recurrió y el Tribunal Supremo estimó el recurso y reactivó la orden de detención internacional contra los tres norteamericanos mientras el embajador estadounidense alegaba que los tribunales españoles carecían de jurisdicción por tratarse de una acción de guerra realizada en territorio iraquí. Sin embargo el juez Pedraz acusó a los militares de asesinato y de un delito contra la comunidad internacional por atacar a periodistas y lanzó una orden de busca y captura.

Hasta ahí la historia de la firmeza española que era la correctamente esperada. Lo malo fue cuando leímos que quien en ese momento era el ministro de justicia de Rodríguez Zapatero, el canario Juan Fernando López Aguilar mantuvo un sucio doble juego. A la familia le decía una, cosa, y al embajador otra.

López Aguilar podría definirse como aquellos socialdemócratas de la UCD apelados como "rabanitos". Blancos por dentro, rojos por fuera y siempre al lado de la mantequilla.

Y es que vergonzosamente este personaje con otros más "trabajaron" para que no prosperasen las órdenes de detención internacional contra los tres soldados estadounidenses involucrados en el asesinato de José Couso en Bagdad. Esto lo aseguró el ex embajador de EE.UU. en Madrid Eduardo Aguirre y se constata en un telegrama confidencial filtrado por Wikileaks al diario El País.

Tras la resolución judicial, los entonces ministros de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se pusieron en contacto con el embajador norteamericano para tranquilizarlo.

El socialista López Aguilar le transmitió que el Gobierno "pondría todo su empeño en cuestionar la decisión del juez basándose en argumentos técnicos".Con esta información, el embajador envió un telegrama confidencial en el que señalaba que "los ministros españoles están trabajando para que no prosperen las órdenes de detención". Típico caso de obstrucción a la justicia.

Poco después, la entonces vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega se reunió con el embajador y le dijo que Conde-Pumpido le había informado de la "excelente cooperación de la que había disfrutado por parte de la embajada y las autoridades norteamericanas para ayudar a concluir el caso".Sin embargo, Pedraz pidió a la embajada los datos completos de los tres imputados. El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido recomendó al embajador que contestara de forma "superficial" para minar el argumento de Pedraz de que EE.UU. no estaba colaborando. El colmo.

El embajador Aguirre dijo que intuía que el gobierno de España "buscaría una vía para acabar el caso de forma silenciosa".

Cuando el 27 de abril de 2007 el magistrado acusó formalmente a los militares de un delito contra la comunidad internacional y de asesinato, la embajada empezó a plantearse presionar al Ejecutivo.

Según el telegrama enviado por el embajador, éste refiere que "claramente el juez Pedraz tiene la intención de seguir este caso de forma agresiva. Continuaremos con nuestros contactos de alto nivel con representantes del Gobierno español para presionar con el fin de lograr la retirada de los cargos..."El 13 de diciembre de 2010, el hermano de José Couso denunció ante la Fiscalía de Madrid, en su nombre y en el de su familia a los miembros del gobierno, la Fiscalía y la judicatura que en su opinión y a la vista de los documentos diplomáticos de los Estados Unidos maniobraron para que las demandas de investigación y las denuncias no prosperaran en la Audiencia Nacional.

La denuncia de la familia de José Couso se interpuso por entender que había habido una conspiración o concierto delictivo entre funcionarios de la Administración y Altos Cargos españoles por una parte y funcionarios de una potencia extranjera por la otra. Como decía López Aguilar: "pondré todo mi empeño en cuestionar la decisión del juez basándome en argumentos técnicos". No me digan que este sujeto no es detestable.

Nosotros creímos a pies juntillas lo que apareció en los papeles de Wikileaks por que conocíamos a López Aguilar, un político narcisista como pocos de los que he conocido y que para colmo era además el responsable de la Comisión de Justicia y Libertades del PSOE y dada su entrega hacia el que manda, su obsesiva necesidad de notoriedad, su vaciedad moral, denunciamos a éste sujeto que actuaba con semejante doblez y  que también me dio la pauta del gobierno de Zapatero. No fue solo la denuncia que hice de él cuando le pregunté a Zapatero por su "diálogo de civilizaciones", sino que no desaproveché oportunidad de señalar a quien realizó trabajo tan extremadamente sucio y doble para luego dar lecciones de moral y buenas costumbres. Y a pesar de mis denuncias jamás se ha querellado contra mí porque sabe que tengo razón, como la tiene el juez Pedraz y la familia Couso.

A este eurodiputado socialista, lo nombró Zapatero ministro de Justicia y por ahí anda repartiendo lábeles democráticos. Me imagino que con la sensibilidad actual, el tal López Aguilar se habría exiliado en un recóndito país, porque son gentes como ésta las que ensucian la política y hunden la imagen de la política. 

Al terminar el concierto del pasado viernes la familia Couso salió al escenario. "Muchas gracias, no nos dejéis solos nunca". "Cada vez que hablamos de José hacemos algo mágico porque los asesinos pretenden que nos olvidemos de los asesinados. Son los mismos que pretenden que no tengamos memoria".Yo no me olvido de Couso. Ni del sinvergüenza de López Aguilar con su doble juego. ¿Y luego se extraña el PSOE de estar como está?. ¿A qué espera para mandar a López Aguilar a su casa?
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