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Reales errores

Reales errores

martes 09 de abril de 2013, 19:47h
La Monarquía ya forma parte del debate político y parlamentario. Hasta ahora ningún diputado osaba plantear la más mínima pregunta sobre la Casa Real, ahora hasta un partido como el PSOE se atreve a dar un paso adelante reclamando algo que habría sido impensable hace unos años: conocer exactamente qué fortuna tiene el Rey y el resto de su familia.

Esta semana son numerosas las preguntas de sus señorías respecto a la Casa Real. Los grupos le han dejado a la Mesa del Congreso la "papeleta" de que tramite sus preguntas para saber sobre la herencia que don Juan dejó a su hijo en Suiza. Otra cosa es que obtengan respuesta, porque desde hace semanas algunos diputados intentan conocer el alcance de los negocios e intervenciones de Corina Zu Sayn Wittgenstein en asuntos españoles y la única respuesta es que no hay respuesta.

El caso es que los militantes monárquicos aseguran que hay una campaña en contra de la Monarquía. Lo cierto es que no es cierto. Si la Monarquía está en el ojo del huracán, si además de entre los políticos, en la calle, los ciudadanos de a pie hablan y mucho de los miembros de la Casa Real es sencillamente porque algunas de sus actuaciones no han sido precisamente ejemplares. Pero hay más, claro. Hay profunda crisis económica que ha hecho aflorar una crisis institucional que venía larvándose desde hace tiempo.

Para una generación, la de la Transición, la figura del Rey fue clave en la recuperación de las libertades y esa generación, que es la mía, ni cuestiona que la Monarquía ha sido un instrumento eficaz de entonces a ahora. La cuestión es que estarnos en el "ahora" y hay otras generaciones de ciudadanos que sienten que le deban nada al Rey, es más, que cuando alabamos su actuación en el 23-F, la respuesta es  más o menos la que me dio a mí un joven estudiante cuando trataba de explicarle el papel que jugó el Rey. Su respuesta fue: "¿Pero acaso no hizo lo que tenía que hacer? No sé por qué hay que agradecerle que actuara defendiendo la legalidad". Es difícil explicar de dónde veníamos, el clima que se vivía en España, las dificultades para consolidar un Estado de Derecho democrático, como en aquél entonces hasta los más pequeños gestos eran importantes.

Pero la realidad es la que es, y lo cierto es que el nuestro no es un país monárquico, es más, durante años la gente se declaraba "juancarlista" que era la manera de decir que el día en que don Juan Carlos ya no esté entonces ya se vería. La pregunta es si la institución monárquica continúa siendo útil y por tanto necesaria hoy, y es una pregunta a la que muchos ciudadanos quieren dar respuesta.

En mi opinión no hay ninguna campaña contra la Monarquía, ni contra el Rey. Lo que hay son errores del Rey y de algunos miembros de su Familia. Es evidente, no me cansaré de repetirlo, que los hijos de los Reyes se han casado con quien han querido anteponiendo sus intereses y caprichos personales a las obligaciones y privilegios. No se puede estar en misa y repicando. Pero más allá de que la Infanta Cristina cometiera el error de casarse con alguien como Iñaki Urdangarin, la realidad es que algunas actuaciones del Rey han resultado más que controvertidas y que son esas actuaciones las que han colocado a la Monarquía en la situación en la que está. De manera que yerran interesadamente quienes buscan conspiraciones contra el Rey. No las hay. Simplemente los errores del Rey y de los suyos es lo que les ha llevado a la situación en la que están. En política, nunca hay que dar nada por seguro, y seguramente don Juan Carlos se ha equivocado al pensar que hiciera lo que hiciera y pasara lo que pasara nadie se atrevería a cuestionarle ni a él ni a su familia y mucho menos a la institución.

Hay quienes defienden aquella máxima de los Jesuitas de que en tiempos de zozobra mejor no hacer mudanzas, de ahí que seamos muchos los que creemos que una abdicación del Rey en estos momentos puede provocar más problemas de los que pueda resolver, porque, entre otras cosas, se ahondaría en la crisis institucional y sin duda se alzarían voces reclamando que los ciudadanos pudiéramos decidir sobre si España debe o no continuar siendo una Monarquía parlamentaria. Y nadie se puede llegar a engaños, cada vez aumenta más el desafecto hacía la institución monárquica.

Así las cosas, que nadie busque culpables de lo que le sucede a la Monarquía más allá de los miembros de la propia Monarquía. Son ellos y solo ellos los que se han puesto en la situación que están.
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