Encabronamiento

A los ciudadanos dados al dialogo tranquilo, a la empatía o a ceder ante los argumentos del otro les sorprende siempre la instrumentación del encono practicada por los políticos de todo signo y por los militantes dispuestos a echarse a la calle. Unos son meros peleles de las consignas del momento, otros manipuladores del cabreo a quienes siempre se les puede ir la mano cebando el explosivo.

En el País Vasco Bildu se enfrenta al desgaste de gobernar, de tomar decisiones con las cuales una parte de la ciudadanía no va a estar de acuerdo. Hace ya tiempo les hablé del sistema de recogida de basuras puerta a puerta aprobado por Bildu en las localidades guipuzcoanas donde gobierna. Ya saben, cada día de la semana se tira un tipo de residuos, pero sólo a una hora determinada, y cada vecino es identificado para asegurarse el control del sistema. Muy ecológico, pero muy incómodo. Sin contar con la posible supervisión de la policía del pensamiento capaz de identificar los periódicos leídos por cada vecino o el membrete de los sobres. 

Cada acción provoca una reacción, y los ciudadanos de Legazpi, Legorreta y Bergara se han organizado y montado plataformas contra este sistema. Acusan al rodillo de Bildu de imponer el sistema siguiendo instrucciones de San Sebastián. Irónico. ¿Centralismo guipuzcoano? Ya se ve; una cosa es predicar y otra recoger basuras. En Legazpi han organizado un referéndum para el día 20 y 21 con la propuesta de poner un quinto contenedor acabando con lo del puerta a puerta. Amenazan con la desobediencia civil, han recogido más de setenta mil firmas contra el sistema y cuelgan bolsas de basura de balcones y ventanas como muestra de rechazo.

Ese desapego de muchos guipuzcoanos con el gobierno de Bildu es una de las claves del encabronamiento prendido por Laura Mintegui, la portavoz de EH Bildu, cuando justificó los asesinatos de ETA como "muertes por causas políticas". Casual, que no política, ha sido la muerte del capo etarra, "Thierry", pero muy oportunista ha resultado el rasgarse las vestiduras acusando al estado francés de su asesinato o el recibimiento del cadáver enalteciendo el terrorismo. A eso se ha sumado la provocadora presencia de Ekaiz de Ibero en el Boulevard donostiarra; el sujeto estaba en busca y captura por quemar un autobús, y su detención por la Ertzaintza en medio de una bronca se saldó con varios policías heridos. 

Con absoluto desprecio del riesgo de incendio, a pesar de lo de Bermeo, por las noches se suceden las quemas de contenedores en las calles vascas en protesta por la muerte de "Thierry" y la detención de Ibero. En las paredes de los "batzokis" aparecen pintadas exigiendo al PNV que "ate a sus perros", y la respuesta de los peneuvistas es no dejarse pisar el terreno del nacionalismo radical, afianzándose en su perfil soberanista con desaparición incluida de Urkullu en la inauguración de la nueva planta de coque de Petronor, presidida por el Príncipe Felipe o con el anuncio de una consulta soberanista en el País Vasco para el 2015. 

Antes de que los ciudadanos vascos empiecen a ver a Bildu como a cualquier otro partido, sometido al lógico desgaste de gobierno, nos queda por ver mucha manifestación, mucha bandera, oír muchos gritos con consignas radicales voceando rimas y sinsentidos y, por supuesto, mucho más encabronamiento.