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El Día de los Trabajadores

El Día de los Trabajadores

miércoles 01 de mayo de 2013, 09:14h
Hoy es el Día Internacional de los Trabajadores. El recuerdo de aquella huelga general en los Estados Unidos de América, convocada el uno de mayo de 1886, reivindicando la jornada laboral de ocho horas, tiene hoy memoria en las calles y en los hogares de los trabajadores españoles.

Debería hacer reflexionar a los responsables de la política económica cuyos errores han llevado a la nación a más de seis millones de parados, la desesperanza y la falta de porvenir en muchas familias de nuestro país.

Una reforma laboral errada, recortes sin medida y la subida de impuestos a las rentas medias y trabajadoras, han llevado al desempleo a numerosas personas cuyo futuro ya apenas parece vislumbrarse más allá del horizonte.

Lo que desconoce el Consejo de Ministros es que por cada despedido se generan dos parados. La facilidad de prescindir de mano de obra por parte de las empresas privadas -en vez de llegar a acuerdos de renta en el seno de la compañía-, los despidos de los contratados laborales de la Administración, los recortes y los impuestos, provocan una lluvia de desempleados que no tiene precedentes.

Y por cada trabajador despedido se abre una grieta en el consumo de nuestro país. Tras esta variable, naturalmente, los empresarios no invierten. No invierten en empresas tras comprobar que las ventas de consumo minorista han disminuido en los últimos doce meses un diez por ciento. Y no invierten en inmuebles porque saben que los precios seguirán cayendo.

Sin consumo y sin inversión provocados ambos, entre otros factores, por el primer despedido de este artículo, la producción se deprime más de un uno por ciento, la ocupación se derrumba y la tasa de paro alcanza el veintisiete por ciento.

En definitiva, un parado nos lleva a otro por la contracción del consumo, la inversión, la producción y, en definitiva, la ocupación. Dicho de otra manera el paro no sólo es consecuencia de la crisis, sino que ya, irremisiblemente, es la causa vírica, el círculo vicioso... de la crisis.

Por lo tanto, más allá de los colores políticos, reflexionemos en tanto en cuanto debemos centrar nuestra política económica en el empleo. Primero evitando despedir trabajadores, públicos o privados, llegando a acuerdos de renta en cada circunstancia, y convirtiendo la salida del mercado laboral en anatema.

Los poderes públicos deben animar la contratación de parados de larga duración y desempleados jóvenes, de trabajadores mayores y sectores más agredidos. Con la contundencia de la emergencia nacional en la que estamos instalados, por una crisis internacional sin resolver, por una política europea lesiva y por un gobierno que ha perdido completamente el rumbo.



@AntonioMiguelC
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