El relato colgado en la pared
martes 07 de mayo de 2013, 13:20h
Me
contaba un importante dirigente del PP que el
pasado domingo salió a comer con su familia- para celebrar el día de la madre- a
un restaurante del que son clientes habituales. Al llegar salió el dueño del establecimiento a recibirles y les comentó que tenían su mesa en uno de los reservados. Al observar su sorpresa porque no habían pedido un privado
le dijo sin más". Perdóname
pero no quiero líos. El otro día vino a comer, también con su familia, un
socialista muy conocido y al
verle el resto de los clientes se levantaron para abuchearle " . EL dueño del restaurante le comento, igualmente con toda naturalidad que había tenido que quitar
de las pareces las fotos que tenía colocadas como decoración con personajes
famosos -muchos de ellos políticos- que habían sido sus clientes durante décadas. ¿Por qué?, pues porqué habían observado como se caldeaba
el ambiente y se proferían insultos de gran calibre
contra algunos de los fotografiados y eso era malo para el negocio.
La anécdota es una
muestra de como están las cosas y refleja,
no sólo del desapego profundo hacia los
políticos, sino
el hartazgo que tienen los ciudadanos
con los representantes de la cosa pública, sean del
partido que sea. Se puede decir que se lo han ganado a pulso , que los casos
de corrupción han hecho que se les juzgué a todos por el
mismo patrón , que
con tanto privilegió y tanta prebenda han
conseguido minar su prestigio hasta límites insospechados, que han convertido
la política en la cueva de ALI
BABA,que su palabra no vale nada,que han dado la espalda a la realidad etc etc.
Se puede decir todo eso y más, pero no podemos olvidar que son nuestros
representantes legítimos y que la democracia
aunque imperfecta es el mejor de los sistemas porque o hablan las urnas o el silencio se lo lleva todo por
delante.
Ahora la
expresión de moda ,entre los políticos ,es la del relato.
Si de ellos mismos dicen que no
tienen un relato, suena mucho mejor que
si afirman que no tienen ni idea de como sacar de esta al país de esta y además mientras hablas
del relato no lo haces del relator,
porque de eso andan todos un
pelín escaso. Antes las críticas se combatían afirmando que fallaba la comunicación y nos hemos pasado décadas, fuera quien fuera el
inquilino de la Moncloa , oyendo como el portavoz de turno reconocía entre lamentos que no habían
comunicado bien tal o cual idea a los ciudadanos. Se pasaban legislaturas
enteras intentando averiguar como
transmitir bien las cosas , cuando en realidad esa era la excusa y el
entretenimiento para no explicarlas. Ahora se lleva más lo del relato, tal
vez porque como no quieren ver a los periodistas ni en pintura y han optado por
la comunicación del plasma, se les vería
demasiado el plumero si hablaran de
fallos en la comunicación que no desean dar.
Puestos
a buscar relatos es mucho más fácil salir a la calle y ver lo
que se cuece en ella. Desde luego un relato certero del mal que padece la clase política es lo que le
ocurrió al dirigente del PP en el ámbito
de su vida privada, y si el momento político ya no resiste ni una foto colgada en la pared , la moraleja y el sentido común dicen que hay que
tomar medidas ya. O los partidos se toman esto en serio y empiezan a tomar
decisiones certeras ejemplares y ejemplarizantes que les acerquen a los ciudadanos o el
invento se va al garete. Así qué... menos buscar
relatos y más encontrar relatores que no
sean como la falsa moneda que de mano en mano va pero ¡ya se sabe! que nadie se la queda... ¡Estamos hasta el moño de burras ciegas!