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Ética, estética y transparencia

Ética, estética y transparencia

martes 21 de mayo de 2013, 15:02h
El día 30 de mayo la futura Ley de Transparencia será sometida al primer debate en el Congreso de los Diputados, ocho meses después de que llegara allí. ¿Aguantaremos hasta entonces con el país firme sobre sus cimientos? Leer los periódicos cada día hace pensar que estamos está a punto de cerrar la tienda por la imposibilidad de mantenerla abierta. Los sobresueldos del PP que no existían; el regalo de Francisco Correa a Aznar -la iluminación de la fiesta de la boda de su hija, que costó la módica cifra de 32.000 euros, que es lo que cualquiera recibe de regalo de un amigo en un casorio-; la trama Gurtel; los registros en Mallorca a líderes regionales que fueron decisivos en los gobiernos del PP y del PSOE; los desafueros políticos y económicos en Cataluña; los asuntos pendientes de Blanco y otros socialistas, como los ERES andaluces; las impúdicas historias financieras, con capítulo especial para Bankia; la culpa in vigilando de tantas instituciones "reguladoras" y controladoras que ni regularon ni controlaron ni se enteraron de nada...¿A quién le sorprende que los ciudadanos hayan perdido la fe en aquellos a los que eligieron para que fueran leales servidores de lo público y han acabado siendo gestores desleales, cómplices imprescindibles o gobernantes impunes?  
Me cuesta hablar mal de los políticos y de la política porque es una de las actividades más nobles que se pueden ejercer. Y hay muchos políticos que son absolutamente ejemplares. Muchos. Además, la gobernanza de la sociedad necesita normas, un campo de juego amplio, pero con líneas de las que nadie debe salir. Pero nos pueden las noticias que hablan de aquellos que llegaron a la política para servirse.
La nueva reforma del Código Penal plantea que los gestores desleales de las empresas, los que las lleven de forma dolosa a la bancarrota, tendrán castigo penal. ¿Y los políticos? La anterior defensora del Pueblo (en funciones, pero funcionando a tope, sin condicionamientos políticos, al servicio del pueblo), María Luisa Cava de Llano, propuso que también los gestores políticos estuvieran sometidos a sanciones penales si incumplían sus obligaciones, la principal de todas velar por la correcta gestión del presupuesto.
Ética, transparencia y justicia. Si estas cosas funcionaran en todos los ámbitos, este país no tendría ni la mitad de los problemas que tiene. Los corruptos deberían saber que no pueden ocultarse, que acabarán siendo juzgados por sus trampas y que la justicia será dura con ellos. Seguramente la Justicia no es igual para todos porque la desigualdad de partida entre quienes tienen recursos y poder y quienes carecen de ambos es cada día mayor. Pero hay que confiar en que volvamos a aquello de "luz y taquígrafos" -transparencia y medios de comunicación- y que, detrás de todo ello, esté la condena de la Justicia y el reproche, el desprecio moral y social hacia los corruptos. Somos nosotros los que debemos elegir cómo queremos ser gobernados y por quién. Eso exige un nuevo modelo político, pero también un cambio de conducta y de actitud de todos los ciudadanos.
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