Milagro casi de la virgen de Fátima (Báñez)

Lo voy a decir muy en serio: siempre he pensado que Fátima Báñez, que ha tenido que tragar carros y carretas en el desempeño de su muy incómodo Departamento, es una buena ministra, aunque sea de (la falta de) Trabajo. Y conste que no lo digo por los buenos datos de las cifras de desempleo en mayo que conocimos este martes, y que algunos han llamado ya 'el milagro de la virgen de Fátima (Báñez)': ella mantiene la serenidad incluso en los peores momentos, y se comprende su alegría cuando las cifras son, para variar, optimistas. Lo que, sin ánimo agorero, he de decir que no significa, desgraciadamente, un cambio de ciclo. Creo que la ministra lo sabe, como lo sabe todo el Gobierno: en mayo, los datos son siempre positivos, aunque no tanto como en esta ocasión.

Pero, en fin, supongamos que hay indicios de brotes medianamente verdes y que, pese a las restricciones, se atisba algo de luz al final del túnel. El hecho de que nos lo creamos es ya un punto para la reactivación económica, si es verdad que, como decía creo que Samuelson, "la economía es un estado de espíritu". Y, sin duda, lo es. Me parece que la ministra, que ha sido capaz de apostar, aunque tarde, por los autónomos y por los emprendedores, también sabe eso. 

Y lo que es más importante: Fátima Báñez me parece ajena al inmovilismo de algunos representantes sindicales, que nada quieren escuchar de bajadas de cuotas a los trabajadores autónomos y poco, ya que estamos, sobre facilidades a los emprendedores. Como creo que es ajena a la 'movida', o a la falta de ella, que ha supuesto la 'oficialización' por Rajoy de Soraya Sáenz de Santamaría como vicepresidenta económica, un movimiento que me dicen que no ha gustado demasiado ni a Luis de Guindos, ni a Cristóbal Montoro, ni a otros miembros del Ejecutivo que aspiraban, por lo visto, al puesto. 

Ahora, a la titular de Trabajo 'solo' le queda lograr un consenso generalizado entre las fuerzas políticas (¿y sociales?) en torno a la aún no nacida Ley de Emprendedores. Pero lograr eso, claro, puede ser un milagro aún más grande que las buenas cifras de empleo en mayo. 

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