martes 02 de julio de 2013, 16:39h
Decía Ortega y Gasset hace muchas décadas en
su apasionante "Misión de la Universidad" que "la enseñanza superior
consiste en profesionalismo e investigación" o, dicho de otra manera en
formar abogados, profesores, capacitados para ejercer su profesión, y
juristas, investigadores, filósofos que tengan en la ciencia su meta y
su objetivo. Ortega hablaba de los nuevos bárbaros que salían de la
Universidad, personas incultas, insuficientemente formadas. Si Ortega
viviera hoy, tal vez escribiría otro tratado llamado "Perversión de la
Universidad", una institución fascinante que pese a estar cada día más
alejada de la realidad social y más de espaldas a las necesidades de esa
sociedad, suscita entre los ciudadanos una apetencia que no se
corresponde para nada con lo que ofrece realmente en el presente y para
el futuro.
La Universidad se ha democratizado en los últimos cuarenta años y
hoy el millón y medio de universitarios que acuden a sus aulas -lo de
estudiar es otra cosa- son de todas las clases sociales. Pero la
Universidad no forma profesionales, cada día menos y su actividad
investigadora es limitada. Hay algunos que lo hacen excelentemente y una
mayoría que hace poco y mal. Mientras el acceso a la Universidad -con
las últimas subidas incluidas- es accesible para casi todos, aunque, por
esencia, sólo lo debería ser para los más preparados y para los que
responden con su rendimiento, la ciencia sigue siendo el pariente pobre,
desatendido y maltratado por todos los Gobiernos
Pero, como decía Ortega, para cambiar la Universidad hay que saber y
definir cuál es su misión. ¿Alguien sabe cuál es hoy la misión de la
Universidad que tenemos si no forma profesionales y si no es una
Universidad esencialmente científica? Para mí, la Universidad es hoy un
aparcamiento político para que no haya más jóvenes en el paro o
protestando en las calles.
He tenido contacto reciente con varios profesores universitarios.
Uno de ellos contaba que cada año bajan el nivel para que no haya un
suspenso general. Otro me decía que hizo un examen a alumnos de Derecho,
dejándoles todo tipo de instrumentos electrónicos y que les dio acceso a
diversas bases de datos que podían consultar libremente durante un
examen no especialmente complicado. El resultado fue penoso. Otro, decía
hace unos días en Vigo, que tras Bolonia, se hace imprescindible
realizar cursos que enseñen la práctica profesional a los graduados
universitarios, porque de otra forma estarán perdidos ellos y las
empresas que les contraten. Una profesora de la Universidad Carlos III
de Madrid escribe en "Nuestro Tiempo" que "el evidente abandono del uso
de la razón para la creación de un criterio personal, las elevadas dosis
de indolencia y sedación que el alumno destila" son realmente
preocupantes. ¿Becas, matriculas? Vale, pero
¿cuándo vamos a hablar del valor, la misión y la exigencia de la Universidad? El año que viene si Wert quiere.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
22382 | DHCT - 02/07/2013 @ 22:18:34 (GMT+1)
Ydale... a ver, oiga, la universidad tiene que ser para toidos, pues i no es así se está limitando el acceso a la cultura. Pare evitar la caída del nivel educativo lo que hay que hacer no es imponer notas más elevadas para conseguir becas, sino subir el nivel en todos los cursos educativos. Por el contrario, lo que se viene haciendo con cada reforma educativa es rebajarlo, tratando de disimulaar el fracaso escolar, sin importarles lo más mínimo lo preparados que saldrán luego los estudiantes.
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