Wert, propósitos y despropósitos
jueves 04 de julio de 2013, 16:17h
Es curioso como el
ministro Wert, que ayer llenó a
rebosar Los Desayunos de Europa Press, teniendo razón en el fondo en muchas
cuestiones sobre la reforma educativa, logra un rechazo general. Es posible que
los que se manifiestan en contra -y que, como él dice, no han planteado ninguna
alternativa- hagan mucho ruido y que los que están a favor se callen. Pero cada
vez que habla provoca un incendio emocional. Y no es bombero.
España necesita una
reforma educativa porque la enseñanza en los últimos treinta años -sólo
reformas socialistas- nos ha llevado a unos descomunales índices de fracaso y a
una desvalorización de la enseñanza -también de la pública, ojo, y no por culpa
de las políticas del PP- que nos coloca en la cola de Europa. O cambiamos o
cerramos. Quienes se oponen a la reforma quieren mantener lo que hay, es decir,
el fracaso más grande de la historia y una condena al paro para casi todos los
estudiantes. Un 25 por ciento de fracaso de los que terminan la enseñanza
obligatoria, un desempleo juvenil del 56 por ciento, un rendimiento cada vez
más bajo en todos los niveles, una FP devaluada, una Universidad desnortada...
deberían hacer que nadie discutiera una reforma en profundidad del sistema. Wert
dijo ayer dijo que el 60 por ciento de su tiempo lo había dedicado a tratar de
conseguir convencer a todos los partidos. Como todo lo haga igual...
También entró en lo de las
becas. Se ha tenido que bajar los pantalones aunque tiene razón. Hay que exigir
que los que reciben una subvención de los contribuyentes, al menos la
justifiquen estudiando. Y si esa subvención es la exención de tasas y un dinero
complementario -las becas- lo deben justificar si cabe un poco más. Un 6,5 no
es un disparate, pero ayer la volvió a liar al decir que estaba dolido haber
tenido que renunciar "a las becas de excelencia para pagar las becas sociales".
Se mete en el charco sin que nadie le empuje.
Resulta que tenemos una
selectividad para ingresar en la Universidad que aprueban el 95 o 97 por
ciento, lo cual significa que es una prueba inútil. Wert la quiere cambiar y la
Conferencia de Rectores se opone. Aunque no dijo qué tanto por ciento de su
tiempo ha dedicado a convencer a los rectores, tampoco el diálogo funcionó.
Ayer le dijeron al ministro de Educación que la causa podría estar en su
"soberbia intelectual", su arrogancia y un aire chulesco al enfrentar los
problemas. Dijo que procuraría enmendarse, pero no se le veía muy dispuesto. Es
listo, incisivo, rápido, y muchos le ríen las gracias. Eso es malo, porque su
actitud pone en riesgo la reforma que quiere emprender. Yo no sé si es la que
necesita España, pero los hechos demuestran que lo que hemos tenido nos ha
llevado al desastre. A mí no me importa que siga o no en política, quiero una
reforma educativa eficaz y duradera. Dudo que vaya a ser ésta.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (3)
22432 | Pikertom - 05/07/2013 @ 12:21:32 (GMT+1)
En primer lugar no me extraña que usted este de acuerdo con la nueva ley de educación. Faltaría más. Pero cuando argumente las, según para usted, bondades de dicha ley, por favor las falsedades o descaradas mentiras, déjelas en casita. Si hay un cincuenta y tantos % de paro juvenil es a causa de la crisis y de los imparables recortes de este gobierno de derechas. Toda la comunidad de la enseñanza pública, cuyos directores, maestros, académicos... algo saben del tema, están escandalizados por esta ley. Ahora si, el Opus Dei, esta de acuerdo.
22425 | Esteban - 05/07/2013 @ 00:21:29 (GMT+1)
La reforma educativa que plantea Wert no deja de ser una reforma chapucera de parches, similar a las otras reformas emprendidas por el ejecutivo para salir de la crisis, que han derivado en racanear de aquí y allá, como si eso permitiera un gran ahorro para las arcas del estado. Debe ser que les da pavor afrontar los verdaderos agujeros negros.
De acuerdo qué el país debería reflexionar sobre el tipo universidad que necesita. A ser posible, con el debate y el consenso de toda la comunidad educativa y de los agentes sociales implicados en ella, también con los expertos que no sirvan a intereses políticos y partidistas. Una refexión donde prime el criterio educativo sobre la ideologia y el criterio político del gobierno de turno, que nunca favorece la excelencia.
22421 | DHCT - 04/07/2013 @ 21:45:40 (GMT+1)
Veo que suted nop lee mis comentarios, pues siempre repite la misma demagogia neoliberal, pero pese a ello volveré a crtiticarlo. Para empezar, los que nos oponemos a la reforma educativa de Wertt no es porque nos guste lo anterior, sino porque lo que nos viene es peor que lo que ya hay. No hay que reformar por reformar, sino reformar con cabeza. Para seguir, le reitero que las becas deben ser para asegurar la igualdad de oportunidades de estudio, no para premiar las notas, y por tanto el poner una nota por encima del 5 supone una nueva fuente de desigualdades, pues un estudiante con padres ricos y media de 5 puede seguir pero uno con padres de clase baja y 6,4 de media no.
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