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Renovación moral y vida pública

Renovación moral y vida pública

miércoles 10 de julio de 2013, 08:25h
No vamos a inaugurar el mundo, pero podemos hacerlo más limpio y donarlo a nuestros herederos con menos hedor a corrupción que el que tenemos en estos momentos. Resulta imprescindible que nuestro país comience una revolución moral que esté a la altura de unos tiempos que han de llegar más temprano que tarde.

Cuando se descubre que el Partido Popular ha recibido donaciones irregulares, que el Presidente del Gobierno cobraba sobresueldos, que el cohecho y la prevaricación, la malversación y la peste, nos asfixia, no debemos permanecer impasibles.

Súmense, de cualquier partido, organización e ideología, a un proceso de renovación ética, de revolución moral de la vida pública española. Nuevas caras, nuevos mimbres, capaces de acusar a los propios si estos son tan corruptos como los ajenos.

Nada de esto es nuevo. Las donaciones que le proporcionaba el empresario Marco Licinio Craso a Julio César le valió a aquel que éste le elevara a miembro del triunvirato. El censor Catón sufrió más de cuarenta procesos por corrupción. El general Escipión, dicen, quemó las pruebas que condenaban a su hermano.

Pero los sucesos de corrupción tienen que ser acompañados por hombres y mujeres que estén a la altura de los tiempos y los combatan sin parpadear. Que reconozcan los hechos y que destierren de la vida pública a sus autores. Esa es la diferencia de los estados decadentes de aquellos que florecen.

El Presidente del Gobierno de la Nación ha cobrado sobresueldos, dicen, incumpliendo la ley de incompatibilidades siendo ministro; quizás no declarando a la agencia tributaria las donaciones, ocultando presuntamente el destino de unos fondos que merecen ser investigados.

Por eso se debe estar debatiendo consigo mismo entre dimitir, presentar un nuevo candidato respaldado por un grupo parlamentario que conserva aún la mayoría, convocar elecciones o tener prisa por tardar. Mientras tanto, es tiempo, además, de abrir un frente común contra la corrupción.

La política española necesita urgentemente que se tome en serio a la nación. Que un grupo de hombres y mujeres lideren una regeneración que limpie de suciedad y mentiras este patio en el que se encuentra la democracia.

Basta ya de frases hechas, de darle la espalda al Parlamento, de engaños y disimulos, de trampas y mentiras. Es hora de salir adelante en tiempos difíciles. Es hora de reconocer que peor que la depresión económica es la depresión moral en la que nos hayamos inmersos.   

@AntonioMiguelC
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