El 74% de las mujeres atendidas en centros de acogida de la Comunitat han sufrido maltrato físico y psicológico

Así lo aseguró este miércoles la catedrática en Psicología Básica y directora de esta investigación, María Vicenta Mestre, durante la presentación de los resultados de la primera fase del 'Proyecto de intervención sobre mujeres y menores atendidos en centros sociales especializados para mujeres: víctimas de violencia de género y/o exclusión social en la Comunitat Valenciana', realizado a través de un convenio suscrito entre la Fundación Tolerancia Cero y la Universitat de València Estudi General.

A la presentación asistieron la consellera de Bienestar Social, Alicia de Miguel y el rector de la UV, Francisco Tomás, quienes firmaron este acuerdo que permitirá continuar con el estudio --ahora en su segunda fase centrada en menores-- para "conocer la situación y necesidades de estas mujeres y menores, así como las de los centros que les atienden" y, posteriormente, a partir del estudio, "mejorar, protocolizar el trabajo y hacer un plan de actuación para toda la Comunitat con el objetivo de erradicar la violencia contra las mujeres", explicó De Miguel.

Este acuerdo prevé desarrollar actividades de formación, investigación y desarrollo que contribuyan a acabar cpn la violencia de género y supone un desembolso inicial superior a los 92.000 euros que aumentarán a 400.000 en la fase final del proyecto. Según la consellera, este dinero se invertirá en "recursos, protocolos y estructuras de los centros, en hacer un plan de formación para todas las personas que trabajan con las víctimas para que puedan aplicar uniformemente los criterios de consenso que se establezcan".

Por su parte, María Vicenta Mestre detalló que el proyecto pretende "ver las necesidades psicosociales de estas personas para dar soluciones y mejorar su calidad de vida". De hecho, ya ha detectado que "los problemas más relevantes que estas mujeres encuentran relacionados con su situación son la falta de trabajo, los problemas emocionales y la dependencia económica", matizó.

Asimismo, explicó que se calcula que el maltrato tiene una duración media de cuatro años, y que puede ir desde un mes a 29 años; que en el 34 por ciento de los casos, los hijos también sufren malos tratos y el 50 por ciento de los agresores son reincidentes o tienen antecedentes en un 40 por ciento, precisó.

Como consecuencia de los malos tratos, el 49 por ciento de las víctimas padece un cuadro de ansiedad que requiere tratamiento; casi el 52 por ciento sufre estrés postraumático traducido en que se reviven los acontecimientos, en evitar estímulos asociados al trauma y problemas de sueño, irritabilidad o falta de concentración. Además, a estas mujeres les faltan recursos psicológicos para afrontar la crianza de los hijos, a lo que se añade que el 64,5 por ciento toma la decisión de salir del hogar en solitario, sin el apoyo familiar. "Están solas", lamentó Mestre.

En este sentido, incidió en que las características del maltrato "modulan el estado emocional". Así, "si su duración es prolongada, la irritabilidad es mayor, repercute en una menor interacción con el hijo y produce más estrés postraumático". Si ha habido abuso sexual, "la mujer tiene una visión pesimista del futuro, baja autoestima y una tendencia a negar o ignorar el problema en lugar de afrontarlo", destacó.

Las secuelas se agravan según el tiempo de convivencia con el agresor, de modo que "en los primeros tiempos, las mujeres buscan ayuda antes, pero según pasa el tiempo, en una convivencia inestable las mujeres tienden a autoinculparse e ignorar el problema, y cuantos más años pasan, se preocupan más por lo que piensen los demás a la vez que dejan que sepan lo que ocurre", aseveró.