La recuperación del menos malo
lunes 07 de octubre de 2013, 11:28h
Parecen desvanecerse las esperanzas
de los dirigentes del PSOE acerca de que el empate técnico sobre intención de
voto que apareció a la vuelta del verano entre ese partido y el PP pudiera ser
el inicio de un cambio en la tendencia electoral claramente a su favor. Lejos
de ello (al menos según la encuesta de Metroscopía para el diario El País)
apenas transcurrido un mes del nuevo curso político se demuestra que los
populares repuntan hacía el anterior 34% y el PSOE vuelve a retroceder a cifras
entre el 27 y el 29%. Todo parece indicar que aquel empate técnico no hubiera
sido un cambio de tendencia sino un fenómeno coyuntural, provocado por las
noticias sobre el caso Bárcenas acumuladas durante el verano.
Tal recuperación de los populares es
producto tanto de su propia estrategia como de una percepción política
comparada. La estrategia del gobierno del PP a la vuelta del verano ha
consistido en destacar ante la opinión pública los primeros indicios de una posible
recuperación económica, tratando de colocar el asunto Bárcenas en un segundo o
tercer plano. Y parece que le estuviera entregando réditos. Claro, eso depende
de que el caso Bárcenas no desborde la crónica de los tribunales o entregue
resultados antes de tiempo. Pero mientras el asunto no supere esos límites, la
idea de una posible recuperación va ganando fuerza en el imaginario, sobre todo
entre los votantes del PP.
En este punto creo que no es correcta
la lectura que hace El País de los resultados de la encuesta. Afirma ese diario
que los ciudadanos "no perciben" esa recuperación que enuncia el PP. Y agrega:
"se mantiene entre los españoles la impresión de que, en el mejor de los casos,
el camino será largo", según el 57% de los encuestados. Lectura incorrecta,
puesto que lo cierto es que, según los datos, cerca de los dos tercios (un 63%)
cree que la crisis ha tocado fondo, más allá de que una minoría crea que la
recuperación será rápida y la mayor parte (ese 57%) crea que será lenta. Algo
que parece respaldar la afirmación de Rajoy de que ya ha dejado de hablarse de
la crisis y ahora se habla de cuan rápida o fuerte será la recuperación. Y algo
muy importante: tal percepción ha calado sobre todo entre los votantes del PP,
entre quienes una gran mayoría (el 80%) considera que la crisis ya ha tocado
fondo.
Pero además de los réditos que
obtiene de su propia estrategia, el repunte del PP procede de la percepción
comparada que hace la ciudadanía de las distintas opciones políticas. En
efecto, si sólo el 21% aprueba la
gestión de Rajoy en el Gobierno, apenas un 11% aprueba la gestión de Rubalcaba
como líder de la oposición. Pero el problema para éste último es más agudo,
porque la falta de apoyo es enorme dentro de los votantes al PSOE: un 74% de los
cuales desaprueban su gestión al frente de la oposición y un 83% afirma no
tenerle confianza. Una situación mucho peor que la de Rajoy dentro de los
votantes PP, donde un 41% desaprueba su gestión. No hay duda de que los
electores entienden a Rajoy como el menos malo en la comparación con el líder
de la oposición.
Algo que ambos comparten, desde
luego, es que no concitan la simpatía del electorado. En otras palabras,
ninguno de los dos son líderes que arrastren el apoyo popular. Pero en esas
condiciones, ya se dijo que si el ejercicio de gobierno desgasta, el de
oposición desgasta mucho más.
Además, ambos presentan una enorme
debilidad por los flancos. El caso Bárcenas debilita notablemente al PP y su
líder. Pero respecto del PSOE no se trata sólo de los ERES, sino que lo que más
le está afectando últimamente es su posición sobre la situación de Cataluña.
Todo parece indicar que el PSC va a lograr un gran efecto de dudoso mérito: no
hundirse en solitario, sino arrastrando al PSOE en el resto de España. Eso explica
la decisión de la nueva Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, de
tomar distancia de la penosa gestión de Zapatero en este campo.
Ante estos nuevos datos sobre la
intención de voto, cabe preguntarse si este repunte del menos malo será suficiente
para que Rajoy se recomponga y pueda optar a una segunda legislatura. Desde
luego lo tiene muy difícil. Es muy probable que antes de que llegue la campaña
para las próximas elecciones nacionales, la justicia haya producido algún
efecto sobre el caso Bárcenas. Rajoy no podría aguantar ese nuevo envite. Por
eso, dentro del PP tiene lugar ahora una lucha para saber que uso dar a las
próximas elecciones europeas. Porque efectivamente sería una buena oportunidad
para empezar a promocionar un recambio del desgastado Rajoy, pero no parece que
ello fuera del gusto del propio afectado. La única ventaja del PP es que una
situación similar se presenta en el PSOE pero tal vez con mayores diferencias
ideológicas.