Rebajas en Farmacia y Sanidad

"España se quedará sin fármacos modernos" era el titulo de mi anterior artículo sobre el tema, desde que en 1982, ya advertí en un documento del Club Liberal, sobre reforma de la Sanidad y la Seguridad Social, se había lanzado en los últimos 32 años a una carrera inacabable de crecimiento, hasta 2007, en que se empezaron a encontrar con el agujero de gastos de Farmacia en Sanidad, al que no podían hacer frente, más que con recortes, medicamentazos, promoción de los genéricos etc. Pero surgen nuevos problemas como es el tratamiento, que en Grecia, presidente actual de la Unión Europea se va a dar a los precios de los fármacos, generando exportaciones paralelas que intentan evitar, y que el Sector farmacéutico en España, se merece un 2014 más tranquilo, después de perder más de un 30 por ciento de su facturación y situarse en cifras próximas a las de 2003, lo que ha generado una reestructuración de los Laboratorios, recortando empleos y salarios, ante la inseguridad jurídica y económica generada por una Administración que no para de dar palos de ciego, ya que Llevamos tres años repletos de sobresaltos en el sector en forma de reales decretos-ley de control del gasto en medicamentos. Unos cambios legales y normas que han cumplido a la perfección con su cometido, eso sí, a un precio muy elevado para el sector.   

El gasto en medicamentos a través de receta se sitúa a estas alturas en la misma cuantía que hace una década, a pesar de que el uso de medicamentos es muy superior. Por ese motivo, parece que ya es suficiente. En 2014 ya no se puede apretar más a este sector sin tener consecuencias irreversibles en términos de inversión extranjera, empleo y sanidad. Como ha señalado el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, en una entrevista con EG, "el gasto farmacéutico ya no es un problema para la sostenibilidad". Bueno eso dice él, pero no ha leído, las noticias griegas. Según el Global: "Grecia planta cara a la 'troika' y amaga con un seísmo en política farmacéutica". Grecia prioriza la Directiva de Transparencia y aprueba una ley que afecta a los precios a nivel mundial.. La situación que atraviesa Grecia puede ser determinante especialmente en el terreno farmacéutico. Tampoco es la primera vez que la Directiva de Transparencia aparece como una de las prioridades sanitarias de la presidencia de turno. Varias lo han intentado ya, sin éxito. Pero sí es la primera vez que el país que ejerce la Presidencia tiene un interés superlativo en sacarla adelante.       

Las prioridades legislativas vienen heredadas: el tabaco, los ensayos clínicos, las tasas de fármacovigilancia y, de nuevo, la Directiva de Transparencia.     Azotada por una reforma sanitaria que parece no tener fin, que en las últimas semanas ha aumentado el malestar social, puesto en huelga a los médicos y dividido al bipartito del Ejecutivo de Antonis Samaras, Grecia ha comenzado 2014 con una polémica reforma de su sistema de precios y reembolsos de los medicamentos, que viene a complicar aún más el mapa farmacéutico mundial. Ya en 2011, Efpia consiguió arrancar de los Estados miembro de la UE un acuerdo para que los precios helenos no pudieran ser utilizados como referencia, aunque la victoria solo fue temporal. A finales de 2012, Grecia tuvo que prohibir las exportaciones para luchar contra el desabastecimiento.Un año después, la necesidad del país de seguir ajustando sus presupuestos amenaza con nuevas bajadas en cascada de los precios en otros países, y da alas a la necesidad del Gobierno griego de que Europa apruebe una regulación que le ayude a salir del agujero. La reforma que ha entrado en vigor desde el 1 de enero deja en 2.000 millones de euros el presupuesto farmacéutico para 2014. La Asociación Helena de Compañías Farmacéuticas pide reajustarlo hasta los 2.300 millones, pues de lo contrario el gasto farmacéutico per cápita griego se situaría en la mitad de la media de la UE-28, lo que pondría en serios problemas el acceso de los griegos a sus terapias.       

La gran apuesta está enfocada a conseguir genéricos muy baratos. Hasta ahora, los precios de los mismos estaban vinculados a las marcas. La nueva ley los vincula al de los fármacos que han perdido la patente (más baratos, ya que verán reducido su precio en función de los tres más baratos de la UE mientras no haya un genérico en el mercado; y un 50 por ciento una vez que éste haya aparecido) y otorga a los genéricos un precio un 65 por ciento inferior. Pero la reforma no se queda ahí. Los genéricos entran por primera vez en un sistema internacional de precios de referencia, que tomará en consideración los tres precios más bajos de la UE. Al final, tanto el precio de los genéricos como el de los fármacos fuera de patente será el más bajo de entre las dos opciones. Y eso afectará de nuevo a España y a su industria y sistema de distribución farmacéutica.      Aquí, el último palo de ciego lo ha dado Sanidad, que fija el copago de 42 fármacos de dispensación hospitalaria, generalmente caros, destinados a tratar pacientes crónicos o con enfermedades graves (cáncer, artritis, hepatitis, esclerosis múltiple, tratamientos de fertilidad) que habían quedado al margen del copago. Son medicamentos que se dispensan en las farmacias hospitalarias a pacientes no ingresados (no son de uso hospitalario) y que hasta ahora eran gratuitos. Esta excepción tiene los días contados. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una resolución del Ministerio de Sanidad que establece que estos productos dejarán de estar exentos de aportación y estarán sujetos a un copago máximo del 10% del precio por envase, con un tope de 4,2 euros por fármaco (el cálculo será proporcional si son dosis sueltas)!Vaya lio!.     

Con ello el Ministerio de Sanidad ha vuelto a dar una vuelta de tuerca a los bolsillos de los usuarios de los hospitales españoles en su afán por controlar el gasto sanitario,. El departamento que pilota Ana Mato cobrará a los pacientes que precisen medicación hospitalaria ambulatoria un máximo de 4,2 euros por envase farmacológico que precisen para el tratamiento de sus enfermedades, aunque parece ser que va a  costar más el cobrarlos, que el ahorro anunciado. Entre éstas, se encontrarían distintos tipos de procesos oncológicos, víricos o de diagnósticos que habrán de requerir tratamientos crónicos. El copago en los hospitales ha suscitado una amplia polémica y amplía la brecha en el PP y entre Autonomías, Castilla-La Mancha y Extremadura asumirán en su totalidad el impacto de la resolución del Ministerio de Sanidad. A estas alturas, las comunidades autonómicas saben que, si algún coste tiene aplicar el copago farmacéutico, para medicamentos ambulatorios en los hospitales, aparte del derivado de implantar las estructuras de cobro en los hospitales, es un coste político. Escudadas en las dificultades de aplicación técnicas de la medida, las autonomías han retrasado su aplicación y obligado al Ministerio de Sanidad a recordar, una vez más, que es obligatorio implantar este copago. La única esperanza para las comunidades era que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid paralizara cautelarmente la medida en el SNS, como solicitaba el recurso presentado por la Junta de Castilla y León. 

Desechada esta posibilidad, las comunidades siguen sus trabajos y van desplegando un mapa de modelos de copago farmacéutico hospitalario que no asegura la implantación en todo el SNS, ni su aplicación uniforme. Los españoles seguimos sin ser iguales ante este modelo demencial de organización del Estado. La realidad es que no se puede seguir dando asistencia sanitaria gratuita, porque los profesionales médicos y ATS, cada vez tendrán menos armas terapéuticas con las que luchar, hasta que toque el recorte de sus sueldos o privatización y despidos masivos. El Estado del bienestar sanitario ha muerto por falta de dinero para financiarlo.