martes 25 de febrero de 2014, 09:09h
Ucrania es un nuevo
escenario de guerra fría entre las superpotencias occidentales y Rusia, con la
mirada atenta de China que sigue aprovechándose discretamente. Siria es otro
caso muy peligroso porque allí actúan también potencias como Irán, Turquía,
Arabia Saudí o Israel, entre otras como Egipto, que es a vez otro ejemplo de
disputas internas con notables influencias internacionales. Varios conflictos
africanos también se ven avivados por intereses de países desarrollados
empeñados y necesitados de controlar sus materias primas, principalmente. Y en
América Latina, la crisis en Venezuela adquiere tintes preocupantes de
internacionalización mientras crecen los enfrentamientos civiles.
Este es un
mapa somero de diversos escenarios donde los problemas internos son
manipulados por intereses de otra
índole. La crisis financiera internacional, que ha afectado sobre todo a
Estados Unidos y a la Unión Europea representa el mayor exponente de
enfrentamiento a nivel mundial. Algunos expertos se han atrevido a explicar que
el mundo sufre una Tercera Guerra Mundial sin bombas pero con déficit y paro.
La pugna por la hegemonía internacional continúa. Con este panorama, los acontecimientos en
Ucrania representan una escalada de consecuencias imprevisibles en las
relaciones entre Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia. La caída del
dictador Yanukóvich representa un duro golpe para los intereses de Moscú que
tienen mucho que ver con sus intereses de seguridad y defensa, además de los
políticos y comerciales. La flota rusa en Crimea, en el mar Negro, es un
argumento más que suficiente para que el presidente ruso, Vladimir Putin, no
permita que un gobierno en Kiev ponga en duda su mantenimiento.
Pero no sólo
existe este argumento estratégico, existe un elemento de prestigio y respeto a
Rusia que se rompería si permitiera que los acuerdos políticos del viernes 21
de febrero se incumplieran como está ocurriendo y la ausencia del anterior
presidente fuera utilizada por sus adversarios políticos en contra de la
posición prorusa. Hay riesgo de división del país, de enfrentamiento civil pero
no hay que ignorar que muchos de los opositores del Maidán luchan por una vida
digna con más de 100 euros al mes. Ahí está la clave más importante, mejorar la
calidad de vida de los ucranianos.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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