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Rajoy, un líder incuestionado

Rajoy, un líder incuestionado

lunes 10 de marzo de 2014, 16:33h
La imagen que ofrece el Partido Popular a la ciudadanía guardando un absoluto silencio sobre su candidatura a las próximas elecciones europeas, no parece que desde el punto de vista de los expertos en comunicación, resulte del todo positiva. Y pongo lo de los expertos en comunicación para dar mayor empaque al asunto, porque lo cierto es que con seguir un poco la actualidad, la cosa, una vez más, no hay por dónde cogerla y me explico.


En primer lugar lo que ofrece el Partido Popular -sea o no cierto- es la sensación de que lo ocurre allí dentro, en su sede, es un desmadre silencioso que intenta guardar las formas aunque apenas lo consigue. La lucha en Andalucía y en Euskadi ha dejado a las claras los grupos de presión que existen y que seguramente son no sólo lógicos sino legítimos en cualquier asociación que se precie. Pero lo del PP empieza a ser preocupante no tanto por la existencia de esas sensibilidades como por la absoluta dependencia de todos al líder Rajoy al que ni se le discute ni se le cuestiona ni se le interrumpe en su meditación interior. Solo Espe Aguirre se atreve a discrepar porque seguramente, si vienen mal dadas, el PP necesitaría más de ella que ella del PP.

Y ese es el segundo punto importante y descorazonador para quienes creen aun que un partido político no puede ser una pirámide: la dependencia del líder. Todo el mundo esperaba que se hiciera público de una vez el nombre del cabeza de lista al menos para las europeas en este último Comité Ejecutivo Nacional pero, una vez más, el líder no abrió la boca y en la sala nadie osó ni siquiera plantear la cuestión. Cuentan las crónicas que Rajoy "no dio ninguna pista" a los allí reunidos que no eran precisamente unos invitados que pasaban por la calle Génova sino los gerifaltes de su partido. ¿A qué conduce eso? ¿Qué conclusiones puede sacar un ciudadano normal de este tipo de actuaciones? 

Pues las dos posibilidades que yo barajo son a cual peor: la primera es que no hay candidato porque los grupos de presión están a la greña y la segunda es que en el Partido Popular, un partido democrático y que gobierna España, sólo una persona tiene no sólo el poder de decidir sino hasta de pensar sin que nadie se atreva a plantarle cara o preguntar en voz alta lo que todos callan o murmuran. 

Y el problema del PP se agrava cuando eso que ha dado en llamarse "sensibilidades" internas de los partidos son mucho menos ideológicas que de intereses particulares y ansias de poder. Es verdad que en PP como en el PSOE habrá sensibilidades más o menos inclinadas hacia un lado u otro, pero mientras en el PSOE las cosas están más o menos claras -los nacionalistas catalanes dentro PSC o los hederos de un PSOE anterior a ZP por poner dos ejemplos- en el PP no se sabe muy bien que representan, ideológicamente, el grupo de Soraya, el de Arenas o el de Cospedal. Una vez más vuelve a estar claro el liberalismo de Esperanza Aguirre, pero de ella abajo da la sensación de que sólo se trata de camarillas sin otra base que ocupar el poder.

El famoso "manejo de los tiempos" de Rajoy y el silencio de quienes le rodean, puede que tengan alguna razón de ser. A mí no sólo se me escapa sino que me da una impresión francamente negativa. 

a.aberasturi
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