En total, más de 1.000 personas despidieron a Sebastián Redondo, su mujer Isabel Fernández y el hijo de ambos Francisco Javier Redondo, tres de las víctimas mortales del suceso, en el que falleció también el conductor del autobús.
Los otros dos hijos del matrimonio estuvieron acompañados de familiares, amigos, autoridades y, sobre todo, de los compañeros de Sebastián en el Parque de Bomberos del Ayuntamiento de Huelva, en el que había estado trabajando hasta hacía dos años en que se jubiló.
El presidente de la Junta, Manuel Chaves, reconoció que "pocas palabras se pueden decir cuando pasan cosas como ésta" y expresó a las familias de las víctimas "el pésame y el dolor de todos los onubenses" y, aunque destacó que "es muy difícil aliviar el dolor", consideró que la victoria del Recreativo frente al Real Madrid "es el mejor homenaje".
El funeral fue oficiado por el obispo de Huelva, José Vilaplana, que calificó estas muertes de "desconcertantes y dolorosas" y reconoció que, en momentos como éste "es difícil pronunciar palabras porque uno desea callarse y guardar silencio ante la tragedia que nos ha sacudido a todos".
No obstante, durante la homilía, se dirigió a los familiares de las víctimas porque "es precisa una palabra para que sintáis el cariño, la solidaridad y la presencia de tantas personas que quieren abrazaros y daros todo su calor".
Por ello, Vilaplana insistió en que todos los presentes "os queremos, compartimos vuestro sentimiento y queremos daros palabras de aliento, consuelo, esperanza y confianza para que las heridas por estas tres pérdidas se os vayan curando".
Las mismas muestras de solidaridad expresaron otros asistentes al funeral, como el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, que quiso transmitir las muestras de solidaridad con los onubenses, las familias de los fallecidos y los heridos "en nombre del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero".