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Lo que no veremos en la campaña europea

Lo que no veremos en la campaña europea

viernes 09 de mayo de 2014, 12:59h
Ya estamos oficialmente en campaña electoral para elegir a 54 parlamentarios que se sentarán en el Parlamento europeo. El interés de los españoles  por estos comicios es mínimo. Dice el CIS que existe un 43% de ciudadanos con dudas sobre sí acudir o no a las urnas! y que la mitad aún no sabe a quien va a votar. Se piensa que ganará el PP pero se expresan más simpatías hacia el PSOE. Y entre los dos grandes partidos puede que se repartan entre 38 y 40 escaños, dejando para el resto catorce o quince. si se cumplen esos datos sociológicos el bipartidismo seguirá vivo y muy vivo por mas que les pese a las demás fuerzas políticas.

El cansancio y las dudas de los ciudadanos hacia todos los partidos es patente, con dudas crecientes acerca de nuestra pertenencia a la Unión Europea y al papel que España juega en ese concierto de intereses encontrados. El escepticismo no es patrimonio nuestro, es verdad, ya que aparece de la misma forma en Francia, en Italia, en Gran Bretaña y hasta en la poderosa y líder Alemania. La moneda única no nos ha llevado a la Europa única y las sociedades se preguntan con razón si no estarían mejor con la situación anterior a la puesta en marcha del euro.

En nuestro país estamos viendo muy pocos mensajes europeos y mucha hiel interna, muchos ataques entre los adversarios con la mirada puesta en el año 2015, en el que de verdad la mayoría se jugará  sus puestos, y en los equilibrios internos de sus respectivas formaciones. PP y PSOE quieren ganar aunque sea por un sólo voto ya que su mensaje del día siguiente cambiará de forma radical: los populares mantendrán que siguen siendo la primera fuerza política del país y que sus medidas económicas están dando resultado y están siendo entendidas por la mayoría de la población; mientras que los socialistas necesitan esa victoria para respaldar su tesis de que se están recuperando frente a la derecha y que las elecciones primarias para elegir candidato de las futuras generales y de cada una de las autonomías y  municipios  puede esperar hasta noviembre.

No veremos lo que, sin lugar a dudas, deberíamos ver por el bien de todos: a unos partidos y a unos políticos peleando por el puesto pero unidos en un programa de mínimos que nos defendiera frente al resto de los países, que no nos van a regalar nada, que van a competir con nosotros en todos y cada uno de los sectores empresariales y financieros, que se van a mostrar dispuestos a cualquier maniobra para colocar a sus " representantes" en los organismos de control que van desde el Parlamento al Banco Central, y que se empeñan con contumacia en recordarnos que estamos bajo vigilancia y que debemos continuar y ahondar en unas reformas que han demostrado que son incapaces de crear empleo en España en la cantidad, calidad y rapidez que necesitamos.

Mariano Rajoy no se juega mucho. Es verdad que la victoria de sus colores le daría mayor tranquilidad para defender en el exterior sus reformas e incluso para oponerse " levemente" al calendario que insisten en imponernos, pero controla internamente al Partido Popular y su capacidad para mantener o modificar la composición del Gabinete es total. Ni Aznar, ni Aguirre, ni ningún otro dirigente popular puede cuestionar su liderazgo, y salvó una hecatombe en las urnas que no parece posible, podrá controlar las listas y los procesos internos de selección de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo mayo con el apoyo mutuo que ha mostrado con María Dolores Cospedal.

Un caso totalmente diferente es el de Alfredo Pérez Rubalcaba. El secretario general del PSOE necesita que Elena Valenciano, su número dos gane, por la mínima pero que gane. Las aguas internas están en un remanso pero se volverán bravas si los socialistas ven que no avanzan, que no recuperan posiciones y que desde UPyD, por un lado, y desde Izquierda Unida por otro, tanto Rosa Díez como Cayo Lara se aprovechan de su falta de consistencia programática y les comen terreno.

En el lado nacionalista CiU y PNV se juegan su futuro de referéndums y propuestas soberanistas, más el presidente catalán que el presidente vasco, ya que a sus problemas de gobierno Artur Más tiene que unir la segura subida de ERC, lo que le valdrá a Oriol Junqueras para presionar a su socio de gobierno de cara a ese noviembre que ambos pusieron como meta y reivindicación independentista. A nivel de representación su peso será siempre pequeño ya que estamos hablando de conseguir dos o tres representantes en la Cámara de Estrasburgo, pequeño botín para tanto ruido como están haciendo en sus respectivos territorios, presos de ese contrasentido de querer estar en Europa como " enanos" en lugar de pelear por fortalecer egoístamente su posición dentro de España en ese tablero de ajedrez en el que lo primero es poder sentarse con todas las fichas.

Sea cual sea el resultado deberemos confiar y esperar a que en algún momento nuestros políticos, lo que se vayan a Europa y los que se queden en España, piensen en términos de estado y de país y se apoyen mutuamente en los fotos comunitarios. Va a ser difícil o muy difícil ya que para la desgracia de los demás, de nosotros los ciudadanos, a la vuelta del veranos y apenas digeridos los resultados del 25 de mayo, comenzarán las dos largas carreras de los comicios que ya se asoman en el 2015. Muchas listas,  muchos intereses personales, muchas envidias y muchas venganzas que están esperando en la orilla de ese camino inacabable e infinito que es la política con minúsculas.
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