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Una cruz, no; dos

Una cruz, no; dos

miércoles 14 de mayo de 2014, 16:27h
Excelente la campaña de Caritas pidiendo a todos los ciudadanos que no marquen sólo la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta, sino que lo hagan también con la de Fines Sociales (ONGs). "Por qué ayudar hasta aquí... si puedes ayudar el doble sin que a ti te cueste nada?". Es posible que todavía haya gente que no marca ninguna casilla o que sólo pone la cruz en una. Las grandes decisiones de los Presupuestos -es decir, dónde va el dinero de nuestros impuestos- no las deciden directamente los ciudadanos, sino sus representantes políticos. Y si hay mayoría absoluta, un solo partido decide todo. Con una excepción: un 0,7 de nuestros impuestos puede ir a la Iglesia Católica y otro 0,7 a instituciones con fines sociales. A unas y a otras les une el hecho de que llegan a personas y a objetivos a los que el Estado no llega porque no quiere o porque no puede. Si usted renuncia a marcar estas casillas, está dejando que otros decidan por usted en ese 0,7 o en el 1,4 de los Presupuestos. No se queje luego. 

Un ejemplo: el Estado ha impuesto unas tasas que dificultan o impiden el acceso a la Justicia a miles de ciudadanos y se comprometió, lo dice la ley, a destinar ese dinero a la Justicia Gratuita. No sabemos ni siquiera lo que ha recaudado en 2013: 149 millones según la Agencia Tributaria, 316 millones según el Ministerio. Ni un solo euro de esos millones ha ido en 2014 a la Justicia. Ha ido a las arcas del Estado.   

Si marca usted la casilla de la Iglesia -el año pasado lo hicieron nueve millones de ciudadanos y la cifra crece- estará garantizando que va a llegar dinero a Caritas, a Manos Unidas, y a tantas organizaciones que atienden a los más pobres de los pobres, a los que ya no cobran ni subsidios ni pueden atender sus necesidades básicas. También a la atención educativa que reciben cerca de millón y medio de estudiantes -la Iglesia ahorra al estado 4.091 millones porque el coste del puesto escolar concertado es mucho más bajo que el público-; a los ancianos, a los inmigrantes, a los enfermos... Hay decenas de miles de voluntarios detrás de la Iglesia que aportan compañía, apoyo, consuelo, esperanza. Buena parte del patrimonio cultural español se mantiene gracias a la Iglesia. La aportación de los ciudadanos a través del IRPF representa sólo el 25 por ciento de la financiación total de la Iglesia. Las cuentas de la Iglesia Católica son accesibles desde internet. ¿Conocen ustedes las de los partidos o de los sindicatos? ¿Sobrevivirían sin la ayuda pública?     

Lo mismo se puede decir de las ONGs. Unicef, Aldeas Infantiles, Intermón Oxfam, Save The Children, Acción contra el Hambre, etc. son indispensables en la lucha contra la pobreza, la marginación o el olvido. Hagan caso a Caritas y pongan dos cruces en su declaración. Destinen sus impuestos a los mejores fines. No dejen que otros decidan por ustedes.

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