Reconocimiento internacional

Los Reyes de España han comenzado su periplo internacional para realizar su presentación y explicar, lo que se deba y a quien corresponda, las razones de la renovación en la Jefatura del Estado. No va a ser sencillo alcanzar el reconocimiento internacional pero, sin duda, la capacitación y experiencia de Felipe VI va a servir para poder afrontar uno de los grandes desafíos del Rey.

Sin duda, su padre es un valedor de gran ayuda y sus relaciones con todos los dirigentes de los principales países de los cinco continentes es una garantía. Sin embargo, aunque toda ayuda en estos lares de la aldea global es poca, porque los intereses económicos, comerciales y políticos de cada uno hacen arduas las relaciones y extraños compañeros de cama, el examen tiene que superarlo el propio Felipe VI en persona, acompañado de la Reina Letizia. La primera etapa de las primeras visitas de cortesía ha sido el Vaticano. 

Con el Papa Francisco, jefe de un pequeño estado pero que tiene detrás el apoyo de más de 1.000 millones de cristianos de todo el mundo. Nada que reprochar porque ahora mismo si hay una figura en el mundo que luche por los más desfavorecidos esa es la del nuevo Pontífice argentino que está introduciendo cambios sustanciales en la Iglesia Católica, en su forma de actuar, de gestionarse y de afrontar los problemas internos desde las prácticas económicas a las lacras como los casos de pederastia. En el acto de la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España, hubo corona y bastón de mando; ni biblia ni ceremonia religiosa. Sin duda, el nuevo monarca está cuidando al máximo sus primeros pasos, sus primeras acciones que han incluido una audiencia con organizaciones sociales con participación de colectivos de gays y lesbianas.

El compromiso del nuevo Rey con la Constitución, con su papel de arbitraje y moderación y con sus obligaciones está fuera de toda duda como así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones; la más solmene en el Congreso de los Diputados cuando juró como nuevo Rey de España. Portugal, Marruecos, Francia y Naciones Unidas son las próximas etapas donde Felipe VI tiene el desafío de demostrar su valía y capacidad para liderar la renovación política, económica y social que tanto necesita España.