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Madina y el aparato

Madina y el aparato

martes 01 de julio de 2014, 14:08h
   Eduardo Madina tal vez lo último que quería era lanzar sombras de sospecha sobre la forma en que se han conseguido los avales del PSOE,   pero se ha equivocado de parte a parte. No hay nada que objetar a su petición de que se deberían conocer la procedencia de los avales que han conseguido cada aspirante por autonomía ¡faltaría más! El problema es que tal reclamación de transparencia, la ha hecho justamente cuando su adversario en la carrera por dirigir el partido, Pedro Sánchez, le ha tomado la delantera con mucho, dando la sensación de que estaba respirando por la "herida" del perdedor en este primer Round.

   Por mucho que Madina haya dicho que más transparencia es siempre sinónimo de una mejor política, cosa que es cierto, detrás de su petición se esconde, claramente, el intento de demostrar que Pedro Sánchez está siendo más apoyado por los aparatos regionales del partido que él, en un momento donde lo que se quiere primar es a los militantes y no a los dirigentes. Hace bien poco en una entrevista que le hice a Pedro Sánchez, cuando le preguntaba si era partidario de restar poder a los aparatos del partido me decía textualmente lo siguiente:

   "La militancia de base va a ser la protagonista del cambio del congreso extraordinario y luego también en las primarias abiertas que se mantendrán si o si... Yo lo que quiero son cuadros del partido que rindan cuentas ante los militantes. Tanto la militancia, como los cuadros, que son elegidos democráticamente por las bases, me merecen todo el respeto. Los militantes de base tienen que ser no sólo protagonistas del cambio en la elección de quién va a ser su secretario general, sino que también deben serlo de las decisiones de la nueva dirección".

   Estas son sus intenciones y yo no tengo por qué dudar de ellas,  pero quién las pone en solfa es su adversario que, curiosamente, es el número dos del grupo parlamentario socialista y, por lo tanto,    siempre ha sido considerado un hombre de Rubalcaba muy cercano al que ha sido el aparato de Ferraz, aunque ahora él reniegue de tal condición.

   Lo que Madina debería de preguntarse es por qué un diputado de base como Pedro Sánchez ha tenido la habilidad y los apoyos suficientes para hacerse con la mayoría del grupo parlamentario socialista, donde ha conseguido el aval de al menos 62 parlamentarios de los 110 que componen el grupo, es decir más del doble que él.

   Y también deberá preguntarse porque su adversario ganó en 12 de las 17 comunidades autónomas incluida el País Vasco de dónde procede Madina. Tal vez el secreto de su éxito está en que lleva meses pateandose las federaciones, testando la opinión de los militantes  y ha recorrido cerca de cuarenta mil kilómetros recorridos. "Soy un candidato de carretera" ha llegado a decir y no le falta razón.

   Ya sabemos que los avales para presentar la candidatura son sólo eso, avales, pero muchos se han apresurado a señalar que si la elección del próximo Secretario General se hubiera celebrado según las viejas normas del PSOE, Sánchez podría ser considerado el ganador. Ahora de lo que se trata, en estas dos semanas hasta que se celebre el Congreso extraordinario, es que los aspirantes demuestren que esto va en serio, que hay una voluntad cierta de regeneración democrática, que todo lo que hemos visto no es una simple pasarela de candidatos, sino que los militantes van a elegir al que mejores propuestas presente para sacar al partido del hoyo en que se encuentra. El PSOE está en una gravísima encrucijada, perdiendo votos a chorros y con nuevos partidos de izquierdas como "Podemos" que ha sabido atraer el voto del descontento. La elección de quien sea su líder a partir de ahora no es por lo tanto algo menor, sino crucial que puede determinar incluso su supervivencia como el gran partido que ha sido hasta siempre. Está en su mano tal responsabilidad.
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