Más confianza, menos paro

Nos dicen los expertos que lo que cuenta es la tendencia a la hora de analizar los datos mensuales y anuales sobre la creación de empleo. Y, afortunadamente, en España esa tendencia es positiva en cuanto a la creación de empleo sin reparar en la medalla que se quiera colgar el Gobierno de turno. Hay que asimilar que la lucha contra el paro es una  obligación de todos los españoles para evitar que, actualmente, más de 4 millones y medio de personas no puedan trabajar y que de ellos, más de un millón de hogares no tengan ningún ingreso. 

Muchos piensan que ese es el compromiso del Gobierno y de los políticos que mandan en las administraciones públicas; es cierto, pero el resto de los ciudadanos tenemos nuestra parte de responsabilidad. Hay que recordar que los políticos no crean empleo, aunque alguno pretenda aprovechar la coyuntura para sacar rédito electoral, sino que deben crear las condiciones precisas para que empresarios de todos los niveles, autónomos y emprendedores sean capaces de dinamizar la actividad económica y crear empleo. Podemos fijarnos en las condiciones que tienen muchos de los puestos de trabajo que se han creado últimamente: precarios, temporales, estacionales, etc...

Esto tiene una buena parte de verdad, pero también es cierto que la recuperación económica de un mejor empleo pasa por la disminución de las listas del paro y de lo que nos cuesta la factura de las prestaciones por desempleo, por las cotizaciones sociales que fortalecen las opciones públicas y por un mayor consumo razonable que facilite la cadena elemental de la economía. Un proceso donde no quepa el fraude, ni el trabajo en negro, ni la explotación, ni la falta de calidad y donde la formación cumple un papel fundamental, sin opciones de ningún tipo de estafas, ni de eres, ni cursos fantasmas.

Todas estas razones tienen un condicionante clave: confianza. No se trata de firmar un cheque en blanco pero sí de que la sociedad española recupere buena parte de la confianza perdida en sus dirigentes políticos, en organizaciones empresariales, en las administraciones públicas y, lo que es más preocupante, en sí mismos y sus posibilidades de futuro. La tendencia nos ofrece más confianza y menos paro, ese es el camino.