No ha sido fácil, pero por fin estoy claro en lo que voy a hacer el 2 de diciembre. Para tomar esta decisión he sopesado con cuidado los siguientes aspectos:
Toda la vida he ejercido mi derecho al voto con orgullo. A veces gané, a veces perdí, pero siempre me expresé.
Sólo dejé de votar en las últimas elecciones parlamentarias y estoy persuadido de que hice lo correcto, dadas las circunstancias del momento.
Estoy plenamente convencido de que el CNE está llamando a votar una reforma que es fraudulenta e inconstitucional, y que el sólo hecho de votar legitimará el ilegal proceso.
También estoy plenamente convencido de que el CNE es una agencia gubernamental subordinada a las órdenes de Miraflores y que el ejecutivo está haciendo un uso ilegal y abusivo de todos los recursos que le da el poder.
La razón me dice que no debo ir a votar y a la vez no estoy seguro de que no votar sea lo mejor. En resumen, estoy confundido.
He escuchado y leído mil razones para votar y a cada una de ellas puedo contraponer una o más razones en contra.
Percibo que las encuestas están en lo cierto y que, en buena lid, ganaría el NO.
También percibo que un régimen de esta naturaleza no se puede dar el lujo de perder elecciones y por eso tiene montado un fraude a la medida de las circunstancias. Su ejecución y el grado de manipulación de los resultados está sujeto a lo que digan las urnas en la realidad.
Observo que muchos partidarios del caudillo están en contra de la reforma, aunque no se atrevan a decirlo, y que muchos líderes “revolucionarios”, gobernadores y alcaldes se están haciendo los locos y no la apoyan abiertamente.
Por primera vez en mucho tiempo la juventud venezolana se ha convertido en un factor protagónico en contra de las pretensiones totalitarias del régimen.
Una vez analizados todos estos aspectos y puestos en una balanza, he decidido que yo no soy quién para decidir si vale la pena votar o no. Esa decisión le corresponde a la valiente juventud venezolana, protagonista del presente y dueña del futuro de la patria, y por eso sólo espero que ellos tomen su decisión, sea cual sea, para apoyarlos sin reservas.
Esa es mi decisión.
Si (
No(
