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Las tarjetas opacas de Caja Madrid y la regeneración política, sindical y empresarial

Las tarjetas opacas de Caja Madrid y la regeneración política, sindical y empresarial

miércoles 08 de octubre de 2014, 12:05h

El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha citado ya como imputados a los expresidentes de Caja Madrid, Miguel Blesa y Rodrigo Rato,y al exdirector general de la entidad, Ildefonso Sánchez Barcoj, por el caso de las tarjetas opacas. Son los nombres clave del caso, pero no los únicos.

Por ejemplo, el del secretario general de UGT en Madrid, José Ricardo Martínez, que presentó el viernes de la semana pasada su dimisión ante su secretario general, Cándido Méndez. El hombre fue incapaz de justificar como le habían caído 44.200 euros del ala en tres años para gastos privados. El origen de esa ... llamémosla "fuente adicional de ingresos" del sindicalista madrileño fue una de las más de 80 tarjetas "black", las tarjetas con que recompensaba Caja Madrid a sus dóciles consejeros para que mantuvieran un razonable estado de ánimo, que les hiciese proclives a cuantas iniciativas -legales o no- surgiesen de la cabeza de su presidente, Miguel Blesa. Entre otras, aquella de las "preferentes", que a tantos y tantos clientes y trabajadores de la entidad les ha costado sus ahorros o su puesto de trabajo, y a todos los españoles más de 24.000 millones de euros en dinero público.

¿Que no recuerda quién es José Ricardo Martínez? Le voy a refrescar rápidamente la memoria: aquel sindicalista que convocaba públicamente a la huelga contra el Gobierno, aunque él seguía cobrando su salario como consejero de Caja Madrid , además de embolsarse esos euros en negro y le exigía al gobernador del Banco de España que se fuera «a su puta casa», que probablemente es el lugar que hoy, con todo merecimiento, ocupa el sindicalista.

Como Martínez, 86 directivos y consejeros de Caja Madrid, importantes miembros de PP, PSOE, UGT, CCOO y CEIM (la patronal madrileña) han utilizado durante varios años esas tarjetas para sustraer cantidades que van desde los 10.000 euros a los casi 300.000 y que, en conjunto, este grupo de "elegidos" se gastaran más de 15 millones de euros en diez años nos deja boquiabiertos , perplejos y con la mirada perdida. .

Hasta el momento, 12 de esos más de 80 beneficiados han abandonado en los últimos días los puestos que ostentaban. tres de los más llamativos han sido los de Rafael Spottorno, el último jefe de la Casa del Rey don Juan Carlos, y hasta ahora también consejero de Felipe VI, que gastó 223.900 euros, a una media anual de 28.000 euros; Juan Astorqui, vicepresidente de la empresa de comunicación Burson Masteller y exdirectivo de Bankia,que en esa etapa gastó 293.000 euros a través de las tarjetas opacas, y Carmen Cafranga, presidenta de la fundación Caja Madrid, que disfrutó de 175.000 euros durante los años que utilizó la tarjeta.

Pero ha habido más nombres implicados, además de los dimisionarios o cesados, cuyas carreras políticas o sindicales probablemente han llegado a su fin. Por ejemplo, el de aquellos que han devuelto lo que se habían llevado, únicamente porque el "affaire" se ha hecho público, gracias a que Andrés Herzog, abogado de UPyD, obtuvo el informe que posteriormente ha investigado la Fiscalía Anticorrupción y que los ha sacado a la luz. Sin ánimo de ser exhaustivo, y manejando datos publicados en medios de comunicación, me llaman mucho la atención, los nombres y cantidades que han devuelto a Bankia, algunos de sus exconsejeros. Por ejemplo, el ex presidente Rodrigo Rato, 54.837 euros; Arturo Fernández, presidente de CEIM y vicepresidente de CEOE, 37.000; José Manuel Fernández Norniella, 9.700; Matías Amat, 42.042, e Ildefonso José Sánchez Barcoj, 90.879.

Reacciones lógicas

Esos más de 15 millones de euros, por supuesto, han sido gastados al margen de la contabilidad de Caja Madrid y tampoco han sido declarados a Hacienda. Vamos, lo mismito que don Jordi Pujol que, aunque según declaración propia y las informaciones que obran en poder de la Fiscalía Anticorrupción, detrajo al fisco cantidades mucho mayores, en esencia, hablamos del mismo delito en uno y otro caso.

Es de esperar que, inmediatamente, las organizaciones políticas (PP, PSOE e IU, por el momento), sindicales (UGT y CC OO) y empresariales (CEIM y CEOE), hayan puesto en marcha sendas investigaciones internas para "delimitar las posibles responsabilidades" de sus militantes beneficiados con tan generosas dádivas de Caja Madrid, incluso en la época en que la entidad nadaba en números rojos y el escándalo de las preferentes debía ser más que conocido, no ya por todos y cada uno de los componentes de su Consejo de Administración, sino por todos los técnicos cualificados de la Caja madrileña.

Si las conclusiones no son satisfactorias e inmediatas, ruego encarecidamente a unos y a otros, que no vuelvan a hablar "nunca mais" de regeneración política, o electores, afiliados a los sindicatos y socios de la patronal madrileña, o nos veremos obligados a huir despavoridos ante cualquier actividad que esté contaminada con cualquiera de las siglas citadas. Aviso a navegantes que luego no deben extrañarse de que baje alarmantemente la intención de voto para las próximas citas electorales, que se reduzca brutalmente la militancia sindical, o que los pequeños y medianos empresarios se den automáticamente de baja de la patronal que los quiere representar.

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José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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