Blázquez y la memoria histórica

El presidente de la Conferencia Episcopal y la Conferencia misma merecen este martes unas cuantas primeras páginas: Los obispos rechazan la memoria Histórica porque reabre heridas, dice uno de los titulares. En otro: Blázquez lanza un mensaje de perdón por la Guerra Civil. También: El presidente de los obispos evoca a Tarancón y pide diálogo y concordia.  O bien, las más explícita de La Vanguardia: Blázquez aboga por pedir perdón por la Guerra Civil. Inédito y matizado mensaje del presidente del episcopado, que pone a Tarancón como modelo. En el interior, también hay versiones bien distintas: Desde que Blázquez pide perdón hasta que La Iglesia no pierde la memoria.

Leídos en su conjunto, los diarios no terminan de dar cabal idea de la actitud que sostiene y proclama la Iglesia: ¿La enérgica acusación del moderado Blázquez al gobierno por reabrir heridas y atizar rencores, según uno o la esperanza expresada por el presidente de la Conferencia  de que la ley de la memoria histórica no reabra heridas sino que busque la paz? ¿O bien: que "el presidente de los obispos admite culpas de la Iglesia en la Guerra civil", o que "Blázquez alerta  contra una memoria histórica  selectiva  que pueda reabrir heridas y atizar rencores"? Todavía hay algunas versiones más,  en estos titulares, expresivos de en qué manera son varios los periódicos que "llevan el agua a su molino": "Blázquez pide perdón para la Iglesia por su papel  en la Guerra Civil"; "El obispo Blázquez pide perdón para la iglesia por la Guerra Civil. Discurso rupturista del líder episcopal, que insta a honrar a todas las víctimas".

Como se ve, se hace preciso recurrir al discurso original para hallar en su justa medida la cal y la arena, el perdón para unos viejos tiempos y las alertas para otros tiempos actuales... Pero salta a la vista en qué medida el obispo y la Conferencia no resultan neutrales, ni siquiera entre el propio episcopado,  -cuenta alguna crónica que  muchos jerarcas del catolicismo español quedaron mudos con el mensaje de Blázquez- y pretenden ser aprovechados por cada cual al gusto y la conveniencia propios. La misma mención de Tarancón y su ejemplo como "instrumento eficaz de reconciliación", resultó esclarecedor. Por cierto, que se señala que el retrato de Tarancón tiene un lugar destacado, pero menos que el de sus sucesores Díaz Merchán, Suquía, Yanes o Rouco.

Lo sucedido ayer en la Conferencia Episcopal tiene especial relevancia, por cuanto Sus Eminencias tienen que elegir o reelegir presidente el próximo mes de marzo. Resulta evidente que no son coincidentes las opiniones de Blázquez o de su antecesor Rouco, por ejemplo. Por cierto, que se sospecha que Rouco podría querer regresar a ese cargo del que fue desalojado  al no obtener los votos necesarios para un tercer mandato. Tal vez ahora le acompañe y aúpe un episcopado más conservador que el que elevó al cargo a Blázquez, en el supuesto de que éste no resultara reelegido...