www.diariocritico.com
SZ y ZP

SZ y ZP

Por Gabriel Elorriaga F.
x
elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 15 de diciembre de 2014, 14:12h
        Esa manía de despreciar vocales típica del PSOE es tan peligrosa que lo deja en Cataluña convertido en un PSC al que le sobran o le molestan los adjetivos de Obrero y de Español. También es peligroso sincopar los apellidos de sus líderes, que se suponían distintos, al emparejarse las zetas que los aproximan. Hay, sin embargo, una diferencia entre la semisonrisa agridulce de ZP y las carcajadas tontorronas de SZ que hacen pensar que no se ha mejorado con el cambio. La apariencia más fornida y contundente de Pedro Sánchez hacía pensar en una arquitectura mental más sólida. Pero, cuando le vimos posicionarse contra la reforma del Artículo 135 de la Constitución acordada por su antecesor para imponer la llamada "regla de oro" para el control del déficit público y contemplamos el expresivo silencio entre irónico y piadoso de Zapatero tuvimos que pensar, contra lo previsto, que habíamos ido a peor.
 
 
            Esta historia empezó con la buena impresión de un acuerdo con el partido gobernante frente a las piruetas separatistas de Artur Mas, en línea de continuidad con la experiencia de Rubalcaba. El primer síntoma de bisoñez lo dio SZ sin perder tiempo, en el Parlamento Europeo, al distanciarse de los otros socios socialdemócratas y hacer votar a sus diputados en la línea de las extravagancias y extremismos antieuropeístas, presentándose en la esfera internacional como dirigente poco fiable. Aquí fue observado con alguna benevolencia, atribuyéndole el mal paso a improvisación o inexperiencia. Luego, ya más asentado en su puesto, descubrió que, en política interior, la panacea era el federalismo, cuando los nacionalistas exacerbaban su pasión separatista como sí, con esta etiqueta, fuese a tranquilizar los ánimos sediciosos. No parece que Pedro Sánchez sea muy dado a extraer lecciones de la historia, Pero es demasiado ignorar que el hipotético federalismo fue el lema y el estrepitoso fracaso de la I República española que, tras estrellar cuatro presidentes en once meses, feneció sin haber conseguido promulgar una Constitución Federal, desbordada por las subversiones cantonalistas que se le adelantaron con sus "derechos a decidir" locales creando sus fronteras, declarando sus guerritas y emitiendo sus moneditas antes de que los prohombres federalistas llegaran a dibujar su mapa federalizante.
 
 
            Dispuesto a alimentar ideas para aclimatar a sus compañeros catalanes con terceras posiciones, comenzó a ofrecer "blindajes" por medio de proyectadas reformas al Título VIII de la constitución en campos propicios a la deconstrucción como Educación o Sanidad y regulando con más flexibilidad las "consultas refrendatarias". Con tan imaginativas ideas los separatistas encontrarían allanado el camino para sus propósitos de insolidaridad. Entusiasmado con tan destructivas ideas, ha comenzado a plantear una reforma constitucional con un objetivo indefinido, en que cabe todo, inclusive convertir a la Constitución vigente, la primera de la historia de España nacida del consenso general y aprobada por refrendo popular, en algo diferente y menos estable que no se sabe si se trataría de otra Constitución o de la misma, retocada de tal manera que ya no tendría el peso democrático de su legitimidad de origen y de sus décadas de aplicación. Parece olvidar SZ que ninguna profunda renovación constitucional puede concebirse sin un acuerdo entre los grandes partidos mayoritarios y sin un previsible respaldo popular que la refrende pues no es concebible degenerar desde una Constitución de consenso a una Constitución excluyente convertida en bandera partidista. La acumulación de reformismos sin base de consenso está convirtiendo al imprescindible partido socialista en un despropósito político. Si como aparenta, no tiene voluntad de coalición es inútil que proponga reformas que afecten a la estructura constitucional, pues lo que ha dejado bien claro la Constitución vigente es que "la soberanía nacional reside en el pueblo español" y por tanto es necesario contar con una mayoría popular para el acuerdo o es vano predicar reformas constitucionales profundas. La Constitución, como la norteamericana de 1787 o la francesa de 1958, no está hecha para una temporada sino para una era.
 
 
            No es extraño que se publiquen artículos en sus propias filas contra "los eslóganes políticos que no aguantan un mínimo análisis de rigor". Desde la "vieja guardia" a las jóvenes promesas se va extendiendo una perplejidad crítica frente a las endebles iniciativas del neolíder que parece más preocupado por competir con Pablo Iglesias que por presentarse como un hombre de Estado. Es tópico recordar la fase de Winston Churchill: "El hombre de Estado trabaja para las nuevas generaciones y el político para las próximas elecciones". Se comprende que no todos los políticos den el nivel de hombres de Estado, pero es un nivel imprescindible si se aspira, como pretende, a ser candidato de un partido de Gobierno. Abrir la lata dentro de la que se conserva el producto nacional sin saber cómo se podrá conservar el producto con la lata abierta es tener poca cabeza.  Eso lo debe de saber un partido cuya capacidad de alternativa solo será consecuencia de experiencia,  moderación y capacidad para los acuerdos de Estado. Sin estas virtudes, reducido a ocurrencias oportunistas o demagógicas, cualquier "Podemos" le puede adelantar. Pedro Sánchez es demasiado alto, demasiado planchado y demasiado clásico para dejarse coleta. Su oportunidad era presentar un socialismo más sólido que lo que fue el de Zapatero. Pero, lamentándolo, hemos de reconocer que, por lo que se está viendo, SZ es peor que ZP.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios