Quo Vadis PSOE

Puede que fuera sólo eso, una comida más, pero no me extraña, en absoluto, que Pedro Sánchez lo haya entendido como un acto de deslealtad. No por el hecho en sí, porque tender puentes con los adversarios políticos siempre es bueno, sino porque no se entero, o mejor dicho se enteró casi por la prensa. Sabemos ya con mucho detalle que los preparativos de la entrevista de Zapatero y Pablo Iglesias, auspiciada por Bono, comenzaron en junio y por eso resulta más llamativo si cabe que en tanto tiempo no se le hiciera saber al líder del PSOE lo que se cocía.
Zapatero parecía que iba a ser el único expresidente que no se convertía en un jarrón chino para su partido, pero es inevitable que acabara siéndolo. Abandonado por todos, negado por sus incondicionales, y definido como el peor líder del PSOE desde la transición, es lógico que llegara un momento que respirará por la herida y lo ha hecho, nada menos que segando la hierba bajo los pies al líder de los socialistas y maniobrando con quienes quieren comerle la tostada ideológica al partido del puño y la rosa.
Pablo Iglesias no sólo tiene nombre del fundador del PSOE es que además quiere usurpar sus señas ideológicas y lo ha dicho abiertamente. Quiere liderar a la socialdemocracia española, ese espacio de la izquierda hasta ahora patrimonio exclusivo y granero de votos de los socialistas, que perdidos como están en sus escaramuzas internas necesitan vivamente buscar sus señas de identidad y lo hacen dando bazas a sus adversarios ¡qué paradoja!.

El efecto Podemos no sólo está rompiendo a Izquierda Unida en Madrid, que está viviendo estos días una auténtica escisión entre los partidarios y los detractores de Tania Sánchez que amenaza con extenderse a toda la organización, sino que también ha conseguido atrapar al PSOE en su laberinto identitario. De hecho el Secretario General del PSOE no entiende porque no le han dado un respiro los mismos que hace apenas medio año le apoyaron e intenta parar los golpes como puede y levantar cabeza, buscando apoyos firmes, pero no parece que tenga una buena solución en la recámara con tantos conspiradores al retortero. De momento, según dicen, ha firmado la paz con Susana Díaz y se han dado una tregua para evitar no sólo el espectáculo que están dando, sino que el partido se desangre todavía más en las municipales y autonómicas de lo que aparece en las encuestas. Lo que está claro es que o el PSOE intenta recomponer la unidad interna o el batacazo puede llevarle precisamente a lo que quieren impedir: que PODEMOS se lleve por delante todo lo que han construido desde la transición hasta ahora.

El hecho es que Pedro Sánchez y Susana Díaz, al parecer, han llegado al acuerdo de no pisarse la manguera hasta después de las elecciones de mayo, lo cual es tanto como decir que nadie va sabotear la campaña de nadie y eso aparenta una fragilidad casi insufrible para el militante de base que no entiende nada. Comentaba el otro día Victoria Prego que el simple enunciado del pacto demuestra que las espadas -en realidad la espada en singular porque el Secretario General va desarmado esta guerra- no se han envainado sino todo lo contrario: se ponen en tregua para que la baronesa andaluza se dedique plenamente a su campaña sin tener que distraer sus dardos, para luego desde la victoria electoral alzarse como la representación del ser victorioso que, además ha logrado frenar el avance de Podemos en la comunidad más poblada de España y el gran bastión del socialismo ¡Que gran verdad! .. Muchos creen que Susana Díaz -que muy probablemente pasado mañana anuncie un adelanto electoral en Andalucía- una vez que gane las elecciones daría el salto fuera de su comunidad y se presentaría como candidata la presidencia del gobierno. A mi esa hipótesis me cuesta muchísimo creerla. Primero porque sería un timo para los andaluces que si la votan mayoritariamente quieren tenerla de presidenta y segundo porque no es lo mismo salir victoriosa en su comunidad que conseguir hacerlo en España por mucho que esté capacitada y eso no lo dudo. Lo más lamentable de todo es la posición en la que se está poniendo a Pedro Sánchez y el suicidio inducido al que se está llevando al PSOE con sus guerras internas. Hay demasiados odios entre los partidarios de Rubalcaba, Madina, de Carmen Chacón, etc, etc, que no perdonan no haber podido culminar sus ambiciones y apoyados por algunos poderes mediáticos y algunos periodistas francotiradores al final van a dinamitarlo todo. Pablo Iglesias sólo tiene que dejarse querer y acudir a muchos encuentros como el propiciado por Bono. Así tiene la campaña resuelta y sin despeinarse. ¡Pobre PSOE! ¿QUO VADIS PSOE?