jueves 19 de febrero de 2015, 12:12h
A veces, a los medios españoles, reflejo, al fin y al cabo, de la sociedad española, nos pasa esto. Que somos capaces de seguir con mucha mayor intensidad el viaje a Nueva York del líder de Podemos, pongamos por caso, que uno de, digamos, el presidente del Gobierno o hasta del Rey. Y así, cada paso que ha dado don Pablo Iglesias en la ciudad de los rascacielos ha sido glosado por nosotros como cuando, en los viejos tiempos, alguien de nacionalidad española conseguía un 'suelto', aunque fuese para mal, en el New York Times, que habitualmente pasaba muy mucho de nosotros. No le digo a usted más que escuché, en un noticiario televisivo, decir que "el embajador de Bolivia en las Naciones Unidas ha concedido una audiencia a Pablo Iglesias". Nada menos que el embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas ha otorgado una audiencia ¡privada! al hombre a quien las encuestas otorgan la segunda o tercera representatividad ante las urnas. Recuerdo que, a mediados del pasado mes de noviembre, en pleno lío de la consulta catalana, Rajoy viajó a Brisbane, Australia, para participar en una 'cumbre' del G-20. Le sentaron en una mesa con Obama, Merkel, Hollande, Matteo Renzi, Juncker y Van Rompuy: Putin no estaba porque se había enfadado con el trato que le daban en la 'cumbre' y se había largado horas antes. Era un pedazo de foto: ahí es nada, el jefe del Gobierno español compartiendo mesa -y sin poner los pies en ella, como hicieron otros-con los principales líderes del mundo. ¿Cree usted que fue portada de los diarios, o que abrió los noticiarios? Pues no, hombre, no; al día siguiente, las portadas se las llevaba una asamblea de Podemos en la que Pablo Iglesias fue elegido -sin sorpresas, claro-secretario general. Un fallo de comunicación, sin duda, de los servicios monclovitas, pero creo que no solamente a esos servicios se pueden seguir achacando todos los fallos: algo estamos haciendo mal todos, comenzando por los propios comunicadores. Así, el sábado la comisión electoral de la ejecutiva federal del PSOE recibirá las actas de las ciento cincuenta asambleas celebradas en la Comunidad de Madrid para elegir -o lo que sea-a su nuevo candidato a la presidencia de la Comunidad, donde tampoco habrá sorpresas: Ángel Gabilondo sustituirá, creo que con ventaja y para bien, a Tomás Gómez. Lástima que tan madrileña celebración vaya a coincidir con una 'cumbre' del eurosocialismo que se celebrará este mismísimo sábado en Madrid, y en la que Pedro Sánchez es el anfitrión. ¿Qué se apuesta usted a que dedicaremos mucha más atención a los piques derivados de la elección/designación de Gabilondo en la capital que a la presencia en Madrid de cinco primeros ministros, entre otras personalidades? Castizos que somos. Y menos mal que a Pablo Iglesias no se le ha ocurrido hacer ningún viaje de Estado este fin de semana para mantener una audiencia con quién sabe que embajador...
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Últimos comentarios de los lectores (2)
34673 | kroker - 20/02/2015 @ 10:53:50 (GMT+1)
No creo que España y los españoles seamos mejores o peores que los ciudadanos de otras naciones; tampoco creo que la sociedad española hoy este enferma o cosas por el estilo, visto lo que hay allende nuestras fronteras. Una nación como la española, capaz a lo largo de su historia, de crear el mayor imperio que jamás se ha visto, a pesar de la propaganda interesada que desde hace siglos soportamos, no es para despreciar de esa manera. Una cosa es ser críticos con nuestra clase política (que motivos sobrados tenemos), y con la propia sociedad (que a veces peca de borreguismo), y otra distinta es decalcificarnos como nación y como sociedad. No tenemos a los mejores en el poder político y eso se nota, pero no creo Merkel, Cameron u Obama sean personas excepcionales, simplemente han estado es el lugar adecuado, en el momento justo. Tampoco creo que americanos, ingleses o alemanes sean sociedades con más virtudes que la nuestra, la nuestra se ha forjado durante siglos y es como es, ni mejor ni peor. Yo sé que saldremos de esta, y probablemente salgamos reforzados como nación y como sociedad. El régimen constitucional de 1976 no está agotado, pero si necesita una reforma política y económica; la sociedad galopa, mientras el sistema camina, y eso hay que arreglarlo. Como suele decirse, el tiempo pone a cada uno en sitio, no solo a las personas, a las sociedades también.
34663 | Teseguire - 19/02/2015 @ 21:55:05 (GMT+1)
Hay fuerzas poderosas que quieren destruirnos. Y la mayoría las tenemos en casa. El fenómeno podemos no sólo se debe a esa clase de gentuza de la peor especie que tanto abunda en España, sino que gente muy muy poderosa quiere una involución total de esta nación. Gente muy poderosa de los oligoplolios televisivos (a3media y mediaset son los abanderados de podemos), de el país, de el mundo. Y no entro ya en los eemigos ancestrales separatistas. Este país hace muchos años que produce ganas de vomitar. Somos la peor gentuza dirigidos por la hez de la sociedad española. Tenemos lo que nos merecemos y lo que viene es mucho mucho sufrimiento y pobreza. Todos lo tenemos merecido pero lo peor son las nuevas generaciones. Lo tuvieron todo a su favor y apostaron por hundirse en el fango. Van a sufrir en sus carnes su estupidez durante el resto de sus vidas. No me dan ninguna pena. Los que tienen alguna luz ya ha emif¡grado. Al lumpen que va a tomar el poder les deseo lo peor.
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