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Negra y Criminal

lunes 07 de septiembre de 2015, 14:26h
Desde que empezó la legislatura fatídica que padecemos han cerrado en España dos librerías y media por día. Por supuesto que hay varias causas en esto, pero si tenemos en cuenta que desde 1980 hasta 2010 el balance anual en nuestro país entre librerías cerradas y abiertas era positivo y que de Europa solo España retrocede en este epígrafe, es evidente que hay una relación directa con el actual gobierno.

Subir el IVA es parte del problema. Que el título más vendido en España 2013 fuera Reflexiones y Ambiciones de la obtusa Belén Esteban es parte del problema. Que se hayan cercenado las ayudas a libros es parte del problema. Que el gobierno sea presidido por un señor que solo lee un diario deportivo es parte del problema.

Acaba de cerrar Negra y Criminal, la librería especializada en género negro cuyo modelo ha sido copiado en Nueva York y Berlín. Paco Camarasa y Montse Clavé, dos libreros de pedigrí, la inventaron y regentaron desde 2002 y este mes de agosto, fatídico, han tenido que cerrarla.

Un país que no lee es un desastre. Un país que cierra librerías al ritmo de más de dos al día desde que la dirige un determinado color político, es un país condenado a la oscuridad.

En paralelo y justamente en este mes de Vuelta al cole, resulta que los padres no podemos pasar los libros de texto de los hijos mayores a los pequeños y que los libros, nuevos aún, del curso pasado tampoco sirven ni en primaria. El resultado, una media de 400 euros por niño y un pingüe negocio para las editoriales. Esto ocurre en España 2015.

En Europa 2015 ocurren otras cosas: se abren más librerías que se cierran, los libros de texto son gratuitos y se pasan de un curso a otro sin mayor problema y, además, los libros escolares se están sustituyendo a ritmo vertiginoso por tabletas electrónicas que, por supuesto, solo pagan los padres de los niños que las rompen.

Nuestras empresas editoriales tienen una parte subsidiaria de la culpa de esta situación, claro, porque la literatura y la lectura ya no son su negocio. Ahora se trata de vender mierda empastada con la foto de algún famoso de turno, así se trate de ágrafos. Lo vemos simplemente leyendo el ranking de ventas o los “ganadores” de los premios literarios, que ni son premios, ni son literarios ni los ha ganado nadie porque se otorgan a dedo.

Es comprensible en parte: si no hay política cultural, si no se incentiva la lectura, si se castiga con un IVA imposible la literatura en particular y el sector cultural en general, si la investigación científica es tenida por un gasto superfluo, si la gobernanza del país solo busca el cortoplacismo de la bolsa y el porcentaje de crecimiento del PIB –engañifa de la que hoy no toca hablar-, si el ministro de la cosa cree que el cine español es el franquismo enlatado de Cine de Barrio, que cierren casi tres librerías al día en el último año y que haya caído Negra y Criminal es una consecuencia directa que no hay que lamentar demasiado: lo lamentable es tener un gobierno así en un país como el nuestro; lo lamentable es que nosotros, la ciudadanía, hayamos puesto a estos sinvergüenzas al frente de un país que iba moderadamente hacia adelante y que en esta legislatura aciaga ha retrocedido cuatro décadas.

Lo lamentable es que aún haya un porcentaje apreciable de personas que creen que deben seguir gobernando los que no han hecho nada más que hundirnos como nación y arrancarnos malamente la dignidad como seres humanos.

Perder derechos por la acción deletérea de un gobierno es lamentable. Perder conocimiento y centros de cultura por la acción maniquea de un gobierno es inaceptable. Perder la capacidad de entender lo que nos está pasando es un drama.
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