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El triste reencuentro de ‘viejas glorias’

El triste reencuentro de ‘viejas glorias’

sábado 01 de diciembre de 2007, 15:00h
Mal día para los socialistas. Solo había que ver las caras que iban poniendo los dirigentes del PSOE, engalanados para la ocasión, cuando al llegar al Hotel Palace, se les comunicaba la noticia de que el acto había sido suspendido por culpa de un atentado perpetrado por ETA. Las sonrisas se congelaban. Mucho antes de la hora prevista para que comenzara la fiesta por el hall de hotel se podían ver ‘viejas glorias del socialismo de la etapa de Felipe González quien, al igual que Alfonso Guerra, se dejó ver en el último momento justo cuando Chaves se disponía a leer el comunicado de repulsa por el atentado.

    Deambulando algo aturdidos y a la espera de noticias sobre lo que iba a pasar andaban el ex ministro de Exteriores, Fernando Morán, - al que ya se le notan los años- del brazo del ex secretario general del PSM, Rafael Simancas; la ex portavoz del Gobierno, Rosa Conde; la andaluza Amparo Rubiales; el internacional Javier Solana; el ex ministro de Economía, Carlos Solchaga; Juan Carlos Rodríguez Ibarra o Enrique Barón, entre otros muchos ex de aquellos primeros años, mezclados con la plana mayor de la Ejecutiva de Zapatero y de algunos de los actuales ministros de su Gobierno.

Guerra y Felipe no se prodigaron en gestos ‘cálidos’

El ‘morbo’ de la a fiesta estaba centrado en el esperado reencuentro de Felipe González y Alfonso Guerra después de tantos años distanciados. Pero los dos históricos dirigentes del PSOE no se prodigaron en gestos de cariño, aunque habían posado amigablemente días antes en rigurosa exclusiva para la fotógrafa  de El País y cronista gráfica de toda aquella época, Marisa Flórez, en el Palace, cuartel general del PSOE el día de la primera victoria electoral del partido del 28-O de 1982.

    Ambos, eso sí, permanecieron recluidos en una de las habitaciones del hotel reservadas para los dirigentes del partido desde donde siguieron los acontecimientos después de ser informados del mazazo del atentado terrorista ocurrido en el sur de Francia.

    Los dos bajaron a la sala reservada para el acto y se sentaron en primera fila, pero separados por el ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Al finalizar Chaves la lectura del comunicado de condena, González reunió a su propio corrillo en el que estaban, entre otros, Solana y Solchaga, y Guerra el suyo, con el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Paco Fernández Marugán y otros dirigentes de su confianza.

División de opiniones sobre la suspensión de acto

La drástica decisión tomada por Zapatero, Chaves y Blanco de suspender el acto conmemorativo del aniversario de la primera victoria del PSOE nada más conocer el atentado de ETA, no fue compartida por todos. Algunos dirigentes que habían acudido ilusionados a la cita comentaban en corrillos que lo más acertado habría sido mantener el acto aunque, eso sí, con otro formato.

     Para empezar, la actuación musical prevista para abrir boca, la de la cantante Pasión Vega, lógicamente, ya no tenía sentido. Pero algunos opinaban que deberían haberse mantenido los discursos con todos presentes, simbolizando la unidad de todo el partido como gesto de rechazo a la banda terrorista. “ETA no puede marcarnos la agenda”, lamentaban cariacontecidos estos dirigentes socialistas. 

    Otros destacaban – extrañados de que el PP no hubiera hecho lo mismo- que si no la suspenden el chaparrón de críticas hubiera sido “tremendo”. En fin, que nunca se sabe que es lo más adecuado.
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