Caleidoscopio hispano en Sevilla

Sevilla parece un circo. Estos días no hay esquina en la capital de Andalucía donde no te sorprenda algún espectáculo callejero. El otoño se ha convertido en primavera y, desde el Prado de San Sebastián a la Alameda de Hércules, todo el centro parece invadido por gentes que bailan, cantan, tocan algún instrumento musical o representan alguna obra teatral. Todo ello sin tener en cuenta a los innumerables artistas espontáneos, desde los hombres estatua a japonesas bailando flamenco, chirigotas gaditanas, bandas que amenizan despedidas de solteras o bailarinas del vientre, que jalonan toda la Avenida de la Constitución desde la Puerta Jerez a la Plaza Nueva. Todo estos espectáculos gratuitos que se mantienen diariamente gracias a los donativos de los viandantes provocan un ambiente festivo que no parece estar de acorde con la grave situación económica por la que atraviesa Andalucía con más de un millón de parados, según dicen las cifras oficiales. Pan y circo. Quien no se contenta es porque no quiere

En Sevilla se están celebrando este puente del Pilar diversas ferias que reunen en otros tantos recintos representantes de varios paises (La Feria de las Naciones) o de una veintena de comunidades españolas (Encuentro de las Casas Regionales). En ambas los visitantes pueden degustar diversos productos gastronómicos, recoger información y asistir a conciertos y espectáculos de cada una de las regiones que componen este caleidoscopio diverso que es nuestra España con el stand de Cataluña adornado por sendas banderas, la senyera y la española, hermanadas y juntas como si allí no hubiese pasado nada el día 27 de septiembre. Mientras la banda de la Legión desfilaba a paso ligero ante el Ayuntamiento bajo el unánime aplauso de varios cientos de sevillanos y turistas y una comparsa extremeña amenizaba la tarde, a unos escasos cientos de metros los capillitas sevillanos evocaban la añorada Semana Santa con una procesión con todos sus avíos por las estrechas calles del centro. Vamos, que no nos privamos de nada. Entretenimiento y diversión para todos los gustos.

Cualquiera que estos días pasée por Sevilla, ya sea propio o foráneo, se puede llevar una impresión bastante equivocada de la situación por la que atraviesa la ciudad. Cuando dentro de unos días pasen los fastos del Puente y la gente vuelva a su quehacer diario y a las colas del paro, la alegría que ha llenado estos días calles y plazas se volverá a tornar desánimo. Y eso pese a que, por suerte o por desgracia, el carácter de los sevillanos suele ser bastante optimista y se toman a guasa las malas situaciones en las que viven buena parte de sus paisanos. Una Cruzcampo bien tirada o una copita de manzanilla fresquita con un papelón de pescao frito suelen ahogar las penas y hacer olvidar los malos tragos.

Digo todo estos porque esta Comunidad atraviesa unos graves momentos de incertidumbre política suscitada por los resultados de las últimas elecciones autonómicas. Susana parece haber perdido esa potencia y el liderazgo que demostró en sus primeros momentos y su pacto con Ciudadanos está dando lugar a situaciones kafkianas que jamás se habían producido en el Parlamento andaluza en los últimos cuarenta años. De todas formas resulta curioso como el PSOE quiere darle la vuelta a la tortilla presentando las iniciativas legislativas del PP y Podemos como una reedición de “la pinza” entre Javier Arenas y Luis Carlos Rejón que obligó a Manuel Chaves en 1996 a adelantar las elecciones al no poder sacar adelante sus presupuestos. Porque lo cierto, en estos momentos, es que la única “pinza” que está condicionando la política andaluza es el pacto entre los socialistas andaluces y los muchachos de Albert Rivera.

Ya veremos qué ocurre dentro de unas semanas cuando los presupuestos lleguen al Hospital e las Cinco Llagas. Va a ser esa la verdadera prueba de fuego que ponga en su lugar a Ciudadanos y deje claro cuál es su verdadero papel en esta representación teatral que está escenificando que tiene descolocado al personal. Ojalá me equivoque pero me da la impresión de que Juan Marín va a seguir jugando con dos barajas al menos hasta que se celebren las elecciones generales del 20 de diciembre y su jefe de filas decida con quien quiere pactar, si con Rajoy o con Pedro Sánchez. Como pueden observar, Andalucía sigue siendo un juguete que todos los partidos de ámbito nacional utilizan en su habitual cambio de cromos. Una vez mas.