La ratificación de la calificación ha estado avalada por "la extraordinaria calidad de sus activos, explicado a partir de un ratio de morosidad del 3,40%, claramente inferior al resto de cooperativas comparadas, así como un ratio de capital sólido y estable, y una elevada cobertura de la inversión crediticia dudosa", según la entidad.
Además, la agencia Fitch pone de manifiesto la robustez de Caja Rural Castilla-La Mancha en su área de actuación por la fuerte base de depósitos minoristas que mantiene. Así mismo, resalta la elevada liquidez de su balance, consecuencia de unos ratios de liquidez estructural de préstamos sobre depósitos, por debajo del 100%.
En julio de 2015, Caja Rural Castilla-La Mancha fue calificada por la agencia Fitch con BBB con perspectiva estable, debido a su baja tasa de morosidad (3,39%), seis puntos por debajo de la media del sector, y su ratio de capital total del 13,42%.
Al proceso de evaluación de Fitch, se suma la calificación otorgada por la agencia Moody’s a la primera emisión de cédulas hipotecarias de la entidad, rating que quedo establecido en Aa2 estable.
Dicha emisión se realizó durante los últimos días del mes de septiembre por importe de 500 millones de euros, colocándose la misma en un 70% entre inversiones internacionales procedentes de toda Europa, entre ellos países nórdicos, Alemania, Reino Unido, Francia o Austria.