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Verdades y medias verdades del uso de los rankings

lunes 16 de noviembre de 2015, 19:13h
Durante las últimas décadas ha proliferado la aparición de rankings de universidades, una situación que goza de cierta tradición en los países anglosajones aunque en España hemos empezado a conocerlos y a interpretarlos durante los últimos años.
De hecho, hoy ya son diferentes los criterios para poder valorar la Excelencia Universitaria y aparecer en los diferentes rankings. Puede resultar habitual intentar justificar una gestión de gobierno basándose en el posicionamiento de una Universidad en uno u otro ranking porque junto al concepto de ranking se han agregado otros en el imaginario colectivo como los de calidad, excelencia, talento, prestigio y gobernanza.
La ecuación parece sencilla aunque no es exacta. Si somos capaces de estar bien posicionados en un ranking se da por hecho que hemos desarrollado una buena gestión. Sin embargo, hay que tener cuidado porque el mal uso y abuso de los ranking abre fácilmente las puertas de la demagogia.
Deberemos partir de una base ¿Qué miden los rankings?. ¿Cuáles son los más usados?. Y ¿A qué conclusiones nos llevan?. Los diferentes rankings clasifican a las instituciones universitarias en función de criterios de calidad, actividad investigadora, publicaciones, visibilidad en la web, etc. De igual forma, el ranking acaba teniendo un reconocimiento internacional que vincula y favorece la inserción de una institución con otras en alianzas, acuerdos y redes de universidades a las que se llega mejor en función de determinadas estrategias y del posicionamiento de cada una de ellas en particular.
Probablemente el ranking más conocido es el elaborado por la Jiao Tong University de Shangai de China, conocido por ARWU (Academic Ranking of World Universities) o sencillamente ranking de Shangai. Clasifica a las 1.000 “mejores” universidades del mundo en función del número de galardonados con el Premio Nobel, los ganadores de la Medalla Fields; el número de investigadores altamente citados en una veintena de temas generales; el número de artículos publicados en las revista científicas Science y Nature; el impacto de los trabajos académicos registrados en los índices del SCI (Science Citation Index); y el tamaño de la institución.
Las universidades anglosajonas salen muy bien paradas con la elección de estos criterios pero no es tan alentador para el resto. La Universidad de Castilla-La Mancha ocupa el puesto 748 en la edición de 2015 (757 en la edición de 2014). Lo cierto es que la UCLM lleva anclada en la horquilla 700-800 los últimos años. No se puede decir la media verdad de que ahora aparece en el ranking de Shangai expandido (elaborado por el grupo de investigación EC3 Metrics y Rankings I-UGR, que integran científicos de las universidades de Granada y Navarra) puesto que antes cubría solo las 500 primeras universidades y ahora han permitido la entrada de las 1.000 primeras, donde ya aparece la UCLM.
Lo importante es conocer si universidades españolas del tamaño y presencia de la UCLM (y no olvidemos que somos la única Universidad regional) están por encima o debajo de nuestra institución y si somos más o menos competitivos ante esta situación.
Otro ranking, comúnmente utilizado, es el THE (The Times Higher Education World University Ranking), que mide parámetros como la calidad de la investigación; la capacidad de que un graduado obtenga empleo; la presencia internacional; y atiende al cociente entre estudiantes y académicos.
Hace menos de dos meses recibimos la noticia, difundida por el rector en un mensaje electrónico pasadas las 22 horas, de la inclusión de la UCLM en el mismo, con las siguientes palabras: “La inclusión de la UCLM en esta clasificación internacional viene a reconocer la calidad de una institución académica que hemos venido haciendo y hacemos cada día con el esfuerzo y la ilusión de todos los integrantes de la comunidad universitaria, hecho que coincide este mes con el inicio de nuestro 30 curso académico, lo cual es un doble motivo de felicitación”.
Todos nos felicitamos de la obtención de buenos resultados por la UCLM, nos honra y dignifica trabajar en la misma pero una vez más se usa la demagogia para hablar de un ranking. No se puede decir la media verdad de que hemos mejorado nuestro posicionamiento y aparecido por primera vez en un ránking porque, aunque sea cierta esta aseveración, puede llevar a confusión entre la comunidad universitaria y la sociedad castellano-manchega.
Volvemos a encontrarnos con un nuevo ranking “expandido”, que en 2012 recogía sólo las 200 mejores Universidades del mundo; desde 2012 a 2014 ha permitido la inclusión de las 400 primeras; y desde 2016 ha ampliado la lista a 800 universidades. Una vez más la UCLM aparece por primera vez al estar posicionada la 748 del Ranking de Shangai pero sin hacer ningún nuevo mérito, simplemente por incluir a mayor número de universidades. La Clasificación Webométrica del CSIC también tiene alta divulgación entre el ámbito docente e investigador como ranking.
Desde 2004, el Ranking Webometrics (o Ranking Mundial de Universidades) se publica dos veces al año con información de más de 20.000 instituciones de educación superior de todo el mundo. El Laboratorio de Cibermetría actúa como un observatorio de ciencia y tecnología disponible en Internet. La clasificación muestra a las 4.000 instituciones mejor situadas sobre todo en el volumen de contenidos publicados en la web, la visibilidad y el impacto de estos contenidos de acuerdo a los enlaces externos que apuntan hacia sus sitios web.
Nuevamente, resulta una media verdad aseverar, como sucedía con una de las informaciones de la web de la UCLM, que la institución regional ocupe el puesto nº 431 en la actualidad “en claro ascenso sobre el año anterior”. Si contemplamos detenidamente el ranking observaremos que ni siquiera hemos alcanzado la posición obtenida en el ranking de enero de 2012 (elaborado con datos de 2011) y en el que teníamos el puesto nº 421. En otras palabras, hemos perdido visibilidad en la web entre 2012 y 2015.
Me preocupa enormemente que rankings muy utilizados por el sistema universitario español, como el Ranking I-UGR, no sean ya utilizados por la UCLM cuando lo fueron hasta fechas recientes, sencillamente porque la Universidad ha perdido posiciones. Este es un ejemplo de hacer un mal uso del ranking.
El Ranking I-UGR está elaborado por los grupos de investigación EC3 de la Universidad de Granada y Navarra y el SCI2S de la universidad granadina. Sus autores emplean como fuente de información las bases de datos de Thomson-Reuters, referencia básica de agencias de evaluación como la ANECA. Con ella se establece una clasificación para 12 campos y 37 disciplinas científicas, con el objetivo de poder captar con mayor precisión en qué especialidades son más influyentes las universidades.
En 2011 La Universidad de Castilla-La Mancha tenía once disciplinas científicas de un total de 37 en el "top ten" nacional, situándose en el tercer puesto en Ecología y Ciencias Ambientales, en el quinto en ramas de Veterinaria y Ganadería, y en el sexto en Estadística. También aparecían entre las diez primeras las ingenierías Química, Industrial, Civil, Eléctrica y Electrónica, y Automática y Robótica, Neurociencias, Biología Vegetal y Animal y Educación.
En 2012 las disciplinas posicionadas en el top ten bajaron de 11 a 9 y el ranking desde entonces dejó de utilizarse por la UCLM debido al fuerte descenso. En 2015, la UCLM sigue en caída libre en este ranking y tan solo aparece con cuatro disciplinas entre las diez primeras universidades españolas: Área de Veterinaria y ganadería (3º), Ingeniería Química (5º), Ecología y CC. Ambientales (6ª) e Ingeniería Eléctrica y Electrónica (5ª).
Otra versión de los rankings o informes que se manejan está en la acertada interpretación o no de los mismos. Se decía a comienzos de noviembre que la Fundación EVERIS había hecho público un estudio sobre empleabilidad en el que se destacaba la formación recibida por los titulados de la UCLM, al situarla entre las 10 mejores de un total de 72 universidades analizadas.
Viendo el informe se interpreta que de las cinco Áreas de estudio seleccionadas hemos sido valorados positivamente en dos –hecho del que debemos congratularnos– en los estudios de Ciencias e Ingenierías, donde somos octavos, y en los de Salud y Bienestar, en los que somos décimos. Algo más desconcertante resulta que la web de la UCLM destaque como aspecto positivo que de las más de 21.000 contrataciones de recién titulados realizadas entre 2011 y 2015, el 69% de los egresados evaluados de la UCLM trabajen en empresas ubicadas en Castilla-La Mancha.
Tenemos de nuevo otra media verdad. El dato no es malo pero es manifiestamente mejorable ya que aquí no se habla de la posición de la UCLM en ese parámetro del sistema universitario español y ocupamos el puesto 38 de las 46 universidades analizadas, es decir, nos sitúa en el furgón de cola.
En suma, debemos cuidar con el uso, mal uso y abuso de los rankings de forma indiscriminada. El ranking nos ofrece una foto fija de un momento preciso por el que atraviesa una institución y lo más importante es la tendencia. Los ranking tienen su utilidad y nadie va a negar objetivamente los datos que aportan. Sin embargo, debemos tener cuidado, en cualquier caso, porque la utilización de estos datos puede llevar a equívocos y a usos demagógicos.
Los rankings no miden la calidad en la docencia, las tasas de abandono del alumnado, la transferencia del conocimiento, los equipos, medios y recursos ni tampoco la pérdida de alumnado, por fortuna para la UCLM dados los preocupantes datos aportados por el Ministerio. Sin embargo, los rankings pueden ser de enorme utilidad usados como elemento comparativo para extraer conclusiones de cara a mejorar la gestión universitaria y proceder a una estrategia más productiva que posicione a la Universidad en un entorno más competitivo a nivel internacional. Se debe tener cuidado con el uso de los rankings y no utilizar medias verdades que puedan confundir a la opinión pública, a las instituciones y a la comunidad universitaria, lo cual supone confundir a la sociedad en su conjunto.
Porfirio Sanz Camañes
PDI de la UCLM
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