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El Rey Negro

El Rey Negro

martes 04 de diciembre de 2007, 00:27h
El campesino Julio Pinedo fue coronado hoy por la Prefectura (gobernación) de La Paz como rey de los afrobolivianos y legítimo descendiente de un antiguo monarca de una tribu del Congo que fue traído a Bolivia como esclavo durante la colonia española.

Pinedo fue reconocido por la Prefectura de La Paz como el legítimo heredero de una estirpe real que lo convierte en el rey de los negros de Bolivia, una comunidad de pocos habitantes que vive en la zona tropical paceña.
El nuevo rey negro, el único de América Latina, recibió hoy su corona y su cetro ataviado con una especie de túnica blanca y una capa roja ribeteada con motivos de leopardo diseñados por una famosa modista boliviana que también viste al presidente de Bolivia, Evo Morales.
Hombre de pocas palabras, lo puso de manifiesto en su breve discurso que apenas consistió en agradecimientos; a las preguntas de Efe, Pinedo sólo acertó a decir que ser coronado rey era "un orgullo".
"Se estableció que teníamos un rey, y es paceño", aseguró el prefecto de La Paz, Jose Luis Paredes, quien aclaró que la coronación es una forma de reconocer a las autoridades de uno de los catorce pueblos indígenas originarios que existen en la región.
Paredes además exigió que haya un reconocimiento por medio de una ley de la condición de monarca de los afrobolivianos de Pinedo y que sea reconocido en el Palacio de Gobierno.
El secretario General de la Prefectura de La Paz, Alejandro Zapata, explicó a Efe que desde ahora Pinedo debe recibir en la región todo el respeto y consideración, además del tratamiento protocolario de una alta autoridad, como un ministro o un presidente.
La coronación comenzó con un desfile en la plaza de armas paceña, la Plaza Murillo, donde tienen su sede el Gobierno y el Parlamento, con alrededor de un centenar de afrobolivianos vestidos de blanco, con una mezcla de prendas tropicales y andinas, y bailando al ritmo de la "saya".
La "saya" es una danza cadenciosa en la que hombres y mujeres mueven hombros, caderas y manos al ritmo del bombo y el "reque reque", un instrumento musical fabricado con la coraza de un fruto de la zona.
La comitiva estuvo acompañada también de algunas llamativas mujeres de raza negra vestidas como cholitas, con trenzas, pollera (falda), sombrero y mantilla, como las indias aimaras tradicionales.
Con el desfile y el resonar de los tambores, las comunidades afrobolivianas trataban de mostrar que Bolivia "no sólo es indígena, también es negra", como dijo durante sus discurso la representante del Movimiento Cultural Saya Afroboliviana, Marfa Inofuentes.
Inofuentes no solo hizo una intervención reivindicativa de la cultura negra en Bolivia, también aprovechó para criticar a Evo Morales, del que dijo que con su ausencia demostraba que no les importaban nada los "afrobolivianos".
"Somos un pueblo con historia, cultura e identidad", aseguró Inofuentes, para quien Pinedo es "rey por estirpe" y "una autoridad y hombre representativo".
Durante el acto, celebrado en un lujoso hotel del centro de La Paz, la representación comercial de Taiwán recibió el agradecimiento por ser patrocinador del acto, en el que había constituyentes, senadores y diputados, especialmente del oficialismo.
Esto se produce apenas mes y medio después de que el Gobierno instruyera a los legisladores que se "abstengan" de participar en reuniones, recibir cooperación o viajar a ese país.
La de hoy es la segunda vez que es coronado éste aparentemente introvertido campesino de los valles subtropicales del norte paceño, después de la de abril de 1992 en su aldea natal, Mururata, a unos 100 kilómetros de La Paz.
Julio Pinedo es reconocido como monarca de los negros de Bolivia después de investigaciones que probaron que es nieto de Bonifacio Pinedo, el último rey negro que gozó de algunos privilegios por su lejana ascendencia real.
Según relató a Efe hace ya casi diez años, Pinedo recordaba que su abuelo, descendiente directo de un príncipe africano que llegó a América como esclavo en el siglo XVI, solía presidir, hasta poco antes de su muerte en 1951, las celebraciones de la Semana Santa en honor al patrono de la región -San Benito-.
Tras la celebración, Bonifacio bailaba la "zemba", una danza reservada a acontecimientos de gala y que estaba reservada para el rey, según los habitantes del lugar.
Según el propio Pinedo, la tradición se perdió cuando su padre Genaro murió antes que su abuelo Bonifacio.

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