La tribu

Esto no es un problema de izquierdas y derechas aunque un cierto reduccionismo nos obligue a poner apellidos a las cosas. Lo que queda en realidad son herencias de una cultura arcaica que sigue ocupando un lugar destacado en nuestra concepción del mundo y de las cosas. Pero las cosas no cambien, habrá que aceptar el modelo -los modelos- con los que se nos presentan unos y otros.

Personalmente me parece de otro siglo que Izquierda Unida -imagino que también Podemos- quieran salirse por ejemplo de la OTAN, pero ese es su ideario heredado y da igual que hayan pasado decenios de aquel “bases fuera, OTAN no”. Entonces había incluso grupos prochinos maoístas de la misma forma que hoy algunas juventudes comunistas celebran alborozadas las hazañas terroríficas de un régimen dictatorial, disparatado y asesino como es el de Corea del Norte. ¿Qué le vamos a hacer? Cada cual es muy libre de pensar lo que quiera pero que no pretendan que respetemos unas ideas que atentan contra los más elementales Derecho Humanos.

Y así están las grandes cosas cuando aparece Anna Gabriel, diputada de la CUP afirmando que la concepción actual de la familia le parece “pobre y demasiado conservador” y que a ella le satisfaría “la idea de formar parte de un grupo de personas que decidan tener hijos -e hijas- en común”. La diputada Anna Gabriel está muy a favor de que sea la tribu la que se encargue de la educación de los niños.

Tratar de explicar a la diputada Anna Gabriel que tal vez ese modelo que ella propone está tirando más bien a extinguido gracias a la civilización y que de ciertas culturas se pueden aprender muchas cosas pero no todo, es una tarea inútil.

Hemos llegado a una situación tan caótica que defender ideas tales como la de familia, España o incluso Europa te colocan el calificativo de facha, o de retrogrado o de vaya usted a saber qué exactamente pero nada que ver con lo que unos cuantos entienden por modernidad -vaya paradoja-.