Los alumnos de primero de Bachillerato con hasta cuatro asignaturas suspendidas pueden repetir solo estas y completarlas con la matrícula de dos o tres de segundo, según el Real Decreto de desarrollo de la LOE que regula estas enseñanzas y sus contenidos mínimos.
La norma establece que se pasará al segundo curso cuando se hayan superado todas las materias cursadas o se tenga evaluación negativa en dos como máximo; en este segundo caso, el alumno deberá matricularse de las pendientes del curso anterior.
"Quienes no promocionen a segundo curso", precisó el Real Decreto, "y tengan evaluación negativa en tres o cuatro materias, podrán optar por repetir el curso en su totalidad o por matricularse de las materias de primero con evaluación negativa y ampliar dicha matrícula con dos o tres materias de segundo en los términos que determinen las administraciones educativas".
El alumnado menor de edad deberá ser autorizado por padres o tutores para este régimen singular de escolarización. Los alumnos que al término de segundo tuvieran evaluación negativa en algunas materias podrán matricularse de ellas "sin necesidad de cursar de nuevo las superadas". Para obtener el título de Bachiller, será necesaria la evaluación positiva en todas las materias de los dos cursos.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que se mantiene el "máximo nivel de exigencia" en la repetición, promoción de curso y titulación. Según el Gobierno, la posibilidad descrita para cuando se tengan tres o cuatro suspensos de primero acerca a los alumnos a lo que se hace en la Universidad y la FP.
La nueva regulación empezará a aplicarse en el curso 2008-2009. Como novedad, los dos cursos de Bachillerato podrán cursarse en cuatro años consecutivos o no.
El 40,6 por ciento son repetidores
En Madrid, según los datos disponibles en noviembre, el 40,6 por ciento de los alumnos de 15 años son repetidores. De ellos, el 45,3 por ciento son varones y el 35,9, chicas. El dato sitúa la región ligeramente por debajo de la media española, que se encuentra en un 42,3 por ciento. Los expertos achacan el incremento generalizado de este fenómeno a la falta de inversión en educación, la escolarización obligatoria hasta los 16 años y la presión social
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