Impide la llegada de opositores a la sede de la Asamblea Constituyente ecuatoriana

La Policía de Ecuador impidió la llegada de cientos de opositores a la localidad costera de Montecristi, donde pretendían expresar su rechazo a una polémica reforma tributaria del Ejecutivo que discute la Asamblea Constituyente.
Los opositores buscaban apoyar, además, una reunión de alcaldes que se debía cumplir hoy en la ciudad de Manta, vecina de Montecristi.

El principal obstáculo policial se registró en el sector de La Cadena, cercana a Montecristi, donde los agentes frenaron el paso de una caravana de autobuses, encabezada por el alcalde opositor de la ciudad de Guayaquil, Jaime Nebot.
En ese lugar se registraron leves choques entre policías y manifestantes que pretendían salvar los obstáculos.

El comandante de la Policía, Bolívar Cisneros, explicó que se impidió el paso de los opositores para evitar eventuales enfrentamientos con los cientos de simpatizantes del Gobierno que se encuentran desde el miércoles en Montecristi.
Cisneros indicó que el objetivo principal de la acción de los policías es "evitar un enfrentamiento que puede traer consecuencias mucho más graves".
Por su parte, Jhonny Terán, presidente de la Asociación de Municipalidades de Ecuador (AME), suspendió la reunión prevista en la ciudad de Manta y acusó al Gobierno de no permitir la llegada a la cita de muchos alcaldes.

"A través de la fuerza pública ha impedido que los alcaldes del Ecuador se den cita en Manta", declaró Terán en una rueda de prensa y convocó a sus colegas que sí lograron llegar a Manta que se dirijan al sitio de La Cadena, para solidarizarse con Nebot y otros ediles que encabezan la movilización opositora.

También el alcalde de Quito, Paco Moncayo, criticó la actitud del Gobierno y advirtió de que la fuerza se ha impuesto al diálogo y la razón.

Muchos de los manifestantes opositores denunciaron una actitud supuestamente "dictatorial" del Gobierno y culparon al presidente del país, Rafael Correa, de lo que pueda suceder en el futuro.
Sin embargo, varios de esos manifestantes se quejaron porque los organizadores de la movilización no les habían entregado alimentos y dinero ofrecidos.

Esa misma queja fue expresada por algunos simpatizantes del Gobierno, que exigían el pago de 30 dólares y alimentos, aunque un portavoz oficial afirmó que esa movilización era voluntaria.