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Bhutto, considerada una gran amiga de Washington

viernes 28 de diciembre de 2007, 02:35h

Estados Unidos, con su presidente George W. Bush al frente, condenó este jueves enérgicamente el atentado perpetrado contra la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, una gran amiga del país y una aliada clave en la zona.

En una breve declaración Bush, con el rostro tenso, exigió que los asesinos de la hasta ahora líder opositora sean llevados ante la Justicia, y condenó "duramente este ataque cobarde".

"Estados Unidos condena con dureza este ataque cobarde por parte de extremistas asesinos que están intentando debilitar la democracia paquistaní", dijo Bush.

En una declaración desde un hangar adyacente a su rancho de Crawford (Texas), Bush señaló que "EEUU está al lado de los paquistaníes en su lucha contra las fuerzas del terror y el extremismo. Les instamos a que honren la memoria de Benazir continuando con el proceso democrático por el que ella valientemente dio su vida".

Bush, quien no contestó a ninguna pregunta tras su declaración, trasladó sus condolencias a las familias de los fallecidas en el atentado de este jueves en Rawalpindi y a todos los paquistaníes.

El presidente estadounidense recordó que Bhutto era consciente de que ponía su vida en peligro cuando decidió regresar en octubre, tras nueve años en el exilio, a Pakistán.

"Pero ella renunció a que los asesinos dictarán el curso de su país", añadió Bush.
La ex primera ministra paquistaní murió este jueves en un atentado perpetrado en Rawalpindi, en el que también fueron asesinadas al menos otras 25 personas tras la celebración de un mitin.

El presidente estadounidense habló el jueves por teléfono con el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, para tratar la situación generada tras el asesinato de Bhutto, informó la Casa Blanca.

La importancia de lo ocurrido para Estados Unidos se refleja, entre otros, en los 10.000 millones de dólares que en concepto de ayuda ha entregado Washington a Karachi desde que el actual presidente paquistaní, Pervez Musharraf, se convirtiera en un aliado de EEUU en la lucha contra el terrorismo, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Sin embargo, justo la semana pasada el Congreso estadounidense había impuesto nuevas restricciones a la asistencia económica de Pakistán.

Entre las mismas se incluía el condicionante de entregar 50 millones en ayuda militar, a que el Departamento de Estado de EEUU recibiera la seguridad de que el país estaba haciendo "esfuerzos coordinados" para prevenir que los terroristas estuvieran operando dentro de sus fronteras.

La nueva Ley de Gastos, firmada este miércoles por el presidente Bush, incluye un total de 300 millones de dólares en ayuda a Pakistán, y establece que el Departamento de Estado garantice que Karachi implante reformas democráticas, entre ellas la liberación de prisioneros políticos y el establecimiento de un sistema judicial independiente.

Desde noviembre y tras 42 días de estado de excepción impuestos por Musharraf, Estados Unidos ha estado al frente de varios países que han intentado buscar la "reconciliación política" entre Bhutto y el presidente paquistaní.

Y esa presión ha sido la que también logró que Musharraf renunciara como jefe del ejército y levantara el estado de excepción.

El regreso de Bhutto a su país y la capacidad de su Partido Popular de Pakistán (PPP) para poder acudir a las elecciones, había sido una de las piedras angulares de la política de Bush en Pakistán.

Tras la noticia de su fallecimiento, las reacciones no dejaron de producirse entre los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos.

La demócrata Hillary Clinton consideró el ataque "una tragedia" para el país asiático.

El senador de Illinois Barack Obama dijo que Bhutto "fue una promotora respetada y persistente de las aspiraciones democráticas del pueblo paquistaní y nos unimos en el duelo por su muerte al tiempo que apoyamos la búsqueda de la democracia".

En el lado republicano, el senador John McCain de Arizona, quien también busca la candidatura presidencial, describió a Bhutto como "una mujer notable, una persona que pagó el precio último por su apego a la moderación y su rechazo del extremismo".

El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani sostuvo que "hay que llevar a la justicia a los asesinos de Bhutto, y Pakistán debe seguir su marcha de retorno a la democracia y el imperio de la ley".

Por otro lado, el embajador de Pakistán en EEUU, Mahmoud Ali Durrani, mostró su esperanza en que el país supere la crisis generada por lo ocurrido "como ya ha hecho en ocasiones anteriores y que triunfe la democracia" y recalcó que las medidas de seguridad que rodearon el mitin "eran las mejores que se podían tener".

Musharraf ha declarado tres días de luto por la muerte de Bhutto.

Por su parte, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, habló este jueves por teléfono con Asif Ali Zardari, marido de la ex primera ministra paquistaní  para transmitirle sus condolencias, informó la Casa Blanca.

En un comunicado difundido el jueves por el Departamento de Estado, Rice señaló que condena "en los términos más firmes este ataque cobarde y asesino".

"La muerte de Bhutto es una gran pérdida para Pakistán. La conocí como una mujer de gran coraje y estaba impresionada con su dedicación y compromiso a la democracia y el futuro de su país", señala Rice en la nota.

Asimismo, suscribió las palabras de Bush de que los autores del crimen deben ser llevados ante la justicia.

"Los resultados mortales de este ataque sin duda pondrán a prueba el deseo y la paciencia de los paquistaníes. Instamos a los paquistaníes, líderes políticos y la sociedad civil a que conserven la calma y trabajen conjuntamente para erigir un futuro más moderado, pacífico y democrático", concluyó Rice.

Por último, el portavoz de la Casa Blanca no quiso revelar quien acudirá en nombre de Estados Unidos a los funerales de Bhutto "ya que es demasiado temprano para saber en que consistirán".

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