Benedicto XVI afirmó hoy que "vale la pena trabajar por la familia y el matrimonio porque vale la pena trabajar por el hombre", en una intervención pronunciada en la Plaza de San Pedro del Vaticano y retransmitida en directo para más de un millón y medio de personas congregadas en Madrid en ocasión del encuentro 'Por la familia cristiana'.
El Papa, que intervino primero en italiano y luego en español, apuntó que "los padres tienen la obligación fundamental de educar sus hijos en la fe". Sin ninguna refrencia directa a la situación española, el Pontífice criticó varios de las leyes del Gobierno como las bodas homosexuales y las asignaturas que apuntan al laicismo, y otras como el aborto y el divorcio.
Asimismo, invitó a las familias cristianas a "experimentar el proceso amor del Señor en sus vidas" a través del matrimonio y la familia, que son "el testimonio en el mundo" del amor de Cristo por los hombres.
"La familia, fundada en el matrimonio, comunión indisoluble del hombre y la mujer, constituye el ámbito en que la vida del hombre está protegida", afirmó Benedicto XVI en sus últimas palabras.