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Chávez y Kirchner confían en que sea antes de año nuevo

La ciudad de Villavicencio aguarda la entrega de los rehenes

La ciudad de Villavicencio aguarda la entrega de los rehenes

domingo 30 de diciembre de 2007, 14:33h
Unos 15.000 militares y otros tantos policías, junto a la comisión de garantes –cuyo único vocero es el ex presidente Kirchner-, se aprestan a poner en marcha la Operación Emmanuel de rescate de los tres cautivos en poder de las FARC. Repleta de turistas por el fin de semana largo, la ciudad colombiana es el centro de todas las miradas a la espera de que hoy finalmente se realice con éxito la misión.
Los turistas, en su mayoría provenientes de Bogotá, vinieron a pasar el fin de semana extralargo que se extenderá hasta el 2 de enero.

En este marco de extrema seguridad pero al mismo tiempo de indiferencia por parte de los turistas, los protagonistas de esta historia miraban sus relojes, que parecían tener horas más largas, mientras en la capital colombiana la Cruz Roja Internacional ultimaba los detalles con el gobierno de Alvaro Uribe para contar con todas las garantías que posibiliten el éxito de la operación.

Muchos son los factores que pueden hacer fracasar el operativo, desde aquellos que involucran a los mismos actores, un mal movimiento que pueda ser interpretado como una agresión, la presencia de patrullas paramilitares que abandonaron hace tiempo la disputa ideológica para transformarse en bandas de delincuentes pero con claras diferencias con las FARC y, por si faltara algo, el factor climático.

A pesar del dramatismo que tiene la entrega que se está por producir de un momento a otro, en Villavicencio la noche del sábado se vivía como cualquier otra: la gente deambulaba por el centro de la ciudad, que tiene unos 300.000 habitantes, sin siquiera tomar en cuenta la fuerte presencia militar.

En la radio no se escuchaban informes sobre lo que acontece y sólo interrumpía la música bailable un aviso estatal que recuerda el número telefónico gratuito que se habilitó para denunciar secuestros extorsivos, una verdadera plaga en la sociedad colombiana.

Más allá de la indiferencia reinante en la sociedad de Villavicencio, la comisión de garantes -que tiene como único vocero al ex presidente argentino Néstor Kirchner- no se cansa de resaltar la importancia de recurrir a la "herramienta política" para llevar a buen puerto este hecho que puede transformarse en el primer escalón hacia un proceso de paz.

"Estamos aquí para colaborar y no para interferir", aseguró Kirchner durante la rueda de prensa en el aeropuerto de Villavicencio y se preocupó en resaltar que los garantes han llegado "para ayudar a reconstruir espacios de paz y convivencia".

Sin duda la frase es una fuerte señal de este grupo que representa a la mayoría de los gobiernos que conforman el Mercosur, que desarrollan una fuerte política de integración regional y que por primera vez están tomando protagonismo en la ayuda a la solución de un conflicto de un país latinoamericano.

Claro, todavía resta saber si desde el gobierno colombiano existe la voluntad política de aceptar este cambio de actitud de los países de Sudamérica que, como dijo el presidente venezolano Hugo Chávez a Télam, han "dejado de darle la espalda al conflicto colombiano".

Villavicencio es la capital del departamento del Meta, ubicado en el centro del país y a unos 95 kilómetros al sur de Bogotá, el lugar de nacimiento del líder histórico de la guerrilla Manuel Marulanda y el comienzo del llano colombiano.

La zona donde se realizará la entrega de los rehenes tiene cierto parecido a la geografía tucumana, una cadena montañosa que linda con una amplia llanura que es aprovechada para la ganadería y la agricultura y que tiene además una gran cantidad de ríos meandrosos, coronados con frondosa vegetación y que, según los conocedores locales, son utilizados como rápidas vías de escape de la guerrilla marxista más antigua del continente.

El departamento del Meta tiene unos 84.000 kilómetros cuadrados con amplísimas zonas despobladas a pesar del millón de habitantes que tiene según el último censo y que permiten un control de la guerrilla sin que tengan que recurrir a una gran cantidad de combatientes. Según datos confiables, hay unos 20.000 guerrilleros en actividad.
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