Los padres de la guardería Valle de Oro acordaron rechazar llevar a sus hijos a la escuela cinco lobitos y solicitaron que, tal y como ocurre con los niños del colegio Sagrado Corazón, los suyos den clase en aulas prefabricadas. El personal de la escuela, padres y representantes sindicales se encerraron este jueves desde las 13 horas a las 18.30, momento en el que algunos representantes se dirigieron a la consejería de Educación para pedir que les recibiese algún miembro del departamento que dirige Lucía Figar.
Hasta la escuela Valle del Oro se desplazaron representantes del PSOE e IU en la Asamblea de Madrid, que apoyaron las reivindicaciones de los afectados, incluida la de que la consejería se comprometa por escrito a construir una guardería una vez se derribe el edificio actual.
“Irresponsabilidad” de la Comunidad
La portavoz de Educación de IU en la Asamblea, Eulalia Vaquero, aseguró a las puertas del centro que "no existe ningún informe que aconseje el derribo del edificio, sino su reparación", por lo que -a su juicio- "el objetivo de la Consejería es derribar la escuela para construir otra de titularidad privada".
Según la parlamentaria, el informe que emitió el pasado septiembre la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento instaba a la reparación en cuatro meses de las fisuras y grietas que presenta el edificio desde hace más de cinco años, por lo que, en su opinión, "la Consejería lleva cuatro meses preparando el derribo a espaldas de los padres y del equipo directivo".
La portavoz del PSOE en la Asamblea, Maru Menéndez, denunció la "irresponsabilidad" del Gobierno regional por haber "tenido en situación de riesgo a sesenta niños" durante meses y se ha preguntado "a qué intereses responden la urgencia y las prisas para llevar a cabo la demolición".
60 niños y 17 personas
En la escuela Valle del Oro, en la que están escolarizados 60 niños de 0 a 3 años, trabajan diecisiete personas: diez educadores infantiles, tres auxiliares de hostelería, un cocinero, un ayudante de cocina, un ayudante de control de mantenimiento, el director y un maestro.
La Comunidad ha distribuido a estos trabajadores por distintos centros de Carabanchel, Vallecas, Coslada y Fuencarral, según señaló una de las educadoras encerradas, Inmaculada Gómez.
Si (
No(
